El Supremo eleva de 10 a 12 años la pena a la etarra Maite Pedrosa

La Sala Penal del Tribunal Supremo ha elevado de 10 a 12 años y medio de cárcel la condena impuesta a la etarra Maite Pedrosa Barrenechea al considerarla cómplice del asesinato del concejal sevillano del PP Alberto Jiménez-Becerril, en vez de mera conspiradora. El alto tribunal ha estimado en parte el recurso de la Asociación de Víctimas del Terrorismo tras examinar algunos de los hechos declarados probados por la Audiencia Nacional. En aquella sentencia se daba "por descontado" que Pedrosa participó -junto con Mikel Azurmendi y José Luis Barrios, los dos autores materiales del asesinato de Jiménez-Becerril y su esposa- en las tareas de vigilancia del concejal y se decía que "era consciente de que controlaba a Jiménez Becerril tratando de obtener información útil para un atentado contra su vida".

Según el Supremo, "los actos de vigilancia y obtención de información dirigidos a facilitar el asesinato de una persona son cuando menos actos de cooperación". El desconocimiento del número de veces en el que el seguimiento se produjo o la información que logró excluye la "necesariedad de la cooperación", agrega el Supremo, pero "resulta indudable" su coparticipación a título de cómplice.

El alto tribunal limita la complicidad de Pedrosa a la muerte planeada de Alberto Jiménez-Becerril, dejando fuera su participación en el homicidio terrorista de su mujer, Ascensión García, que fue decidido y cometido exclusivamente por Barrios y Azurmendi sin el acuerdo de Maite Pedrosa. Siendo la pena por complicidad de 12 años y medio a 25 años, el Supremo impone la pena mínima, 12 años y medio, de conformidad con el criterio seguido por la Audiencia Nacional.