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La peseta se despide

Cristina Galindo

Las únicas rubias que salgan desde hoy de los almacenes de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre tendrán forma de moneda. Los últimos billetes denominados en pesetas -así los llaman los especialistas en fabricar dinero- se imprimieron ayer, tras 126 años de existencia y más de 24.000 millones de unidades emitidas, en un día histórico pero ensombrecido por la despreocupación de la mayoría de los ciudadanos. Se trata del primer paso de un destino ineludible: la peseta saldrá de la circulación el 1 de marzo de 2002 para dejar su sitio al euro.La historia cuenta que en 1868, el ministro de Finanzas, Laureano Figueroa, mandó acuñar la primera moneda. El origen de la peseta es catalán no sólo porque Figaredo lo era, sino por su denominación -en catalán peseta significa pieza pequeña-. Algunos estudiosos, sin embargo, sostienen que se estrenó en 1808, cuando Pepe Botella (hermano de Napoleón) entró con sus tropas en Barcelona. Pero la intentona francesa no tuvo mucho éxito.

El billete se puso de moda con el cambio de siglo. La peseta pasó al papel por primera vez el 1 de julio de 1874, poco antes de que el general Martínez Campos forzará la abolición de la Primera República. "Empezó a tomar fuerza entonces", explica José María Aledón, investigador de temas numismáticos. "Antes no tenía un arraigo popular; la gente siempre ha sido muy práctica y prefería tener monedas de oro o plata", explica. Era díficil fiarse de un pedazo de papel sin más valor que el que marcaba en su anverso.

A partir de entonces, las visicitudes ha sido varias: una guerra civil, varios golpes inflacionistas y, sobre todo, cambios de moda e ideologías. En la República, por ejemplo, los billetes se estampaban con imágenes republicanas, frente a la fotografía del conde de Floridablanca que ilustraba el billete de 500 pesetas en 1884. Los responsables de su fabricación se han enfrentado a escasez de papel -entre los años 1940 y 1954- o a los intentos de acaparar plata durante la guerra civil. En todo este tiempo, Goya y sus pinturas han sido las imágenes más representadas en el reverso.

El olvido de la peseta comenzó ayer. El adiós fue recatado, y corto. A mediodía, en unos minutos, 28 millones de pesetas en papeles de 10.000, ya calcografiados y numerados, se sometieron a las máquinas de corte y empaquetado de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Serán los últimos de una lista de los 1.200 millones de billetes de ese valor que se han impreso desde que aparecieron.

"Es un momento histórico", afirmó el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, presente en el acto de despedida junto a Jaime Caruana, gobernador del Banco de España. Ambos pusieron su firma en una parte de los últimos billetes, que pasarán a formar parte de los fondos del Banco de España y el Museo de la Real Casa de la Moneda. Saludaron a algunos empleados -de tanto tocar dinero, se dice que suelen confundirlo con papel normal- y se marcharon. "La peseta nació hace cien años con la vocación de entrar en una unión monetaria latina; entonces no lo pudo hacer, pero ahora sí", explicó antes Caruana.

La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre -que tiene la exclusiva de su fabricación desde 1940, porque antes el Banco de España la compartía con entidades financieras provinciales- se centrará ahora en la producción de billetes de euro.

Los responsables monetarios se enfrentan ahora a otro reto. "Se tendrán que retirar unos 12.000 millones de pesetas en monedas, que pesan 40.000 toneladas", explica Roberto Andradre, jefe de Emisión y Caja del Banco de España. Falta ver qué se hace con ellas. Por el contrario, los billetes -que tienen una vida media de dos años- no son reciclables y se destruirán. En la actualidad, hay 1.630 unidades en circulación, es decir, unos 40 billetes por persona.

Las monedas en pesetas también dejarán de acuñarse en unos meses -con emisión conmemorativa incluida-. Junto a los billetes que ayer se imprimieron continuarán en circulación hasta el 28 de febrero de 2002, conviviendo con el euro desde el 1 de enero de ese mismo año. Después sólo tendrán valor para los coleccionistas.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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