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Educación ultima su plan de actuación para combatir los episodios de violencia en la escuela

El proyecto incide en la preparación del profesorado para evitar y afrontar las agresiones

Tres profesores de enseñanza secundaria han denunciado en la última semana las agresiones y amenazas de las que han sido objeto en sus centros de trabajo. Otro docente fue agredido en Sevilla a las puertas del instituto en el que trabaja por evitar que una alumna del centro recibiera una paliza a manos de un grupo de jóvenes. La Consejería de Educación, que califica estas agresiones de "incidentes aislados y puntuales", prepara el Plan Andaluz de Difusión, Acción y Proyección de una Cultura de Paz y no violencia, que incluye "estrategias para evitar y afrontar estas situaciones en los centros".

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Denuncias

Pablo Yagüe, profesor de Educación Física en el instituto Carlos Castilla del Pino de San Roque (Cádiz), Manuel Domingo García, profesor de Tecnología del instituto Cerro de los Infantes de Pinos Puente (Granada) o el docente agredido a las puertas del instituto Ciudad Jardín de Sevilla, han vivido en los últimos días situaciones de violencia que poco tienen que ver con su actividad docente. Unos incidentes que han dejado de ser excepcionales y que han forzado a la Consejería de Educación a acelerar la puesta en marcha de un plan de actuaciones que prepara desde hace meses."Por lo menos, que los docentes que se vean implicados sepan cómo afrontar estas anómalas situaciones", dice Sebastián Sánchez, director general de Orientación Educativa y Solidaria, encargado de elaborar este documento, en el que colaboran técnicos del Instituto de Investigación de la Paz y los Conflictos, dependiente de la Universidad de Granada, y el Centro Unesco en Andalucía.

"Pretendemos que sean los propios centros educativos los que apliquen este plan conforme a la directiva de la Unesco ", indica Sánchez. El plan, que se encuentra en la última fase de elaboración y será presentado en enero, contiene una serie de medidas concretas con las que se persigue que en los propios centros educativos "se combata el ambiente de violencia social existente": dotar a los centros de material divulgativo; realizar una campaña publicitaria dirigida a los escolares y otra de formación del profesorado.

Donde más se pretende incidir es en la preparación del profesorado para hacer frente a este tipo de situaciones violentas. Para ello se han preparado las Estrategias de regulación del conflicto, que se incluirán en los diseños curriculares para que su aplicación, según Sánchez, "sea sistemática en la práctica educativa". Además se están ultimando varios libros de apoyo al profesorado, como un manual práctico de conducta, un diccionario o una guía de comportamiento para hacer frente a espisodios de violencia en las aulas. En la universidad se creará un master sobre la materia a imagen del curso de doctorado que ya se imparte en el instituto de Investigación de la Paz y los Conflictos de Granada, el único centro de estas características que existe en España.

Muchas de las agresiones no llegan a las delegaciones de Educación. La Consejería, que recibe muy pocas denuncias, las considera aún hechos "aislados y puntuales". Eso sí, los pocos profesores que se atreven a hacer públicos sucesos violentos en los colegios acaban recurriendo en la mayor parte de los casos a la vía penal.Este es el caso del colegio Nuestra Señora de Gracia de Málaga, donde las agresiones a maestros son frecuentes, según la jefa de estudios, Trinidad Miranda, quien sufrió en noviembre de 1999 las iras de la tutora de una alumna, cuyos padres estaban en la cárcel. La mujer, que estaba a cargo de la niña y también tenía una hija en dicho colegio, se avalanzó sobre la profesora Miranda y le propinó numerosos golpes, incluso ante la presencia de la policía.

Tras la denuncia y el consiguiente juicio, la agresora permaneció cinco fines de semana de arresto domiciliario. Trinidad Miranda, con 30 años de experiencia en colegios conflictivos como el que ahora le ocupa, asegura que nunca ha encontrado una situación tan desfavorable en otras ciudades de Andalucía en las que ha trabajado. Las agresiones a profesores no solo se dan en la Enseñanza Primaria y Secundaria, sino que llega a los ámbitos universitarios. El año pasado un alumno de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Málaga le fracturó un brazo a un profesor al estar descontento con la nota que le puso en una optativa. El caso está en los tribunales.

En la provincia de Cádiz, donde la pasada semana se registraron dos nuevos casos, las agresiones a profesores denunciadas apenas superan la media docena en los últimos cinco años. La mitad de estos incidentes se registraron en institutos de la localidad campogibraltareña de San Roque. Todas las agresiones tuvieron lugar fuera de los centros.

La Comisión de Convivencia de cada centro aplicó a estos estudiantes el reglamento de disciplina interno. Las sanciones supusieron la expulsión temporal de estos alumnos, que debieron además recibir medidas de integración. Tan sólo uno de estas agresiones vino respondida también por la víctima con una denuncia en los juzgados.

En Huelva, la Delegación de Educación investiga los incidentes ocurridos en dos institutos de enseñanza secundaria: el Guadiana, de Ayamonte, y el José Caballero, situado en Los Rosales, una barriada periférica de la capital onubense. En ambos casos, la administración abrió expedientes, según explicó ayer el titular de la delegación, Fernando Espinosa.

El último caso se registró en el instituto Guadiana el pasado 31 de octubre cuando los alumnos no asistieron a clase en protesta contra un incidente ocurrido días antes, cuando un profesor y un estudiante, de 17 años, cuyas iniciales son MPO, se enzarzaron en una pelea a golpes, en la salida del centro.

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