Los nuevos colonos de la Diagonal
Hace 30 años unos centenares de cooperativistas se empeñaron en sacar adelante un grupo de viviendas al principio de la Diagonal, justo frente a la factoría de Macosa, donde entonces no vivía nadie. Allí se alzaron varios bloques de viviendas, en la acera de los pares de la Diagonal. Treinta años despúes, en la acera de los números impares, grúas y máquinas trabajan contrarreloj en la construcción de un nuevo barrio que tendrá el mismo nombre que el fundado en los setenta: Diagonal Mar.Además de la calzada, muchas otras cosas marcan las diferencias entre los actuales residentes del barrio y los futuros vecinos. Hace 30 años los que se establecieron allí fueron en su mayoría trabajadores emigrantes andaluces, gallegos y extremeños que hicieron un esfuerzo considerable para aportar las 300.000 o 400.000 pesetas que costaban los pisos construidos por la cooperativa del Sagrado Corazón. Ahora, la mayoría de los compradores de las viviendas que se construyen al otro lado de la Diagonal, lado mar, pagan entre 25 y 50 millones de pesetas.
Parejas que pasan de la treintena, con hijos y que ya tienen una vivienda en propiedad forman el perfil que se repite más entre los compradores de la primera fase del proyecto residencial de Diagional Mar.
La Illa del Llac se está levantando ya en la confluencia de las calles de Josep Pla y Taulat. Muchos profesionales liberales son los que ya han comprado las primeras 321 viviendas de esa fase y que se ha vendido en un tiempo récord: menos de un año. Los precios de los pisos, entre 25 y 50 millones, dependen tanto de la superficie, entre 70 y 120 metros, como de la altura y la orientación respecto al mar.
Entre los nuevos colonos de Diagonal Mar hay de todo; vecinos del propio distrito de Sant Martí y también residentes de otras zonas de Barcelona: Eixample, Gràcia, Sants. También los hay que hace años optaron por la casita en Sant Cugat y ahora vuelven a la ciudad "hartos de perder tiempo en los traslados", cuenta uno de los responsables de la comercialización de las promociones que realiza la inmobiliaria Hines en Diagonal Mar.
Entre los compradores también hay un segmento de jubilados que han decidido vender un piso que ya se les había quedado grande y ahora quieren disfrutar del mar. A esa promoción le seguirán otras cinco más que supondrán en su conjunto un total de 1.634 viviendas nuevas en Diagonal Mar.
Toda una revolución para un barrio que hasta ahora sólo tenía una acera, la de los pares. Desde ese lado, se mira el ajetreo de camiones y grúas. Quienes tienen fresca en la memoria la fachada de la fábrica de Macosa y el estado general de la zona en la que se levantó el barrio de Diagonal Mar reconocen que no cabe la comparación. "Sobre todo cuando en la fábrica limpiaban los hornos no se podía ni respirar", explica Antonio, portero compartido por varios de los bloques de la cooperativa del Sagrado Corazón.
La suciedad es, precisamente, uno de los recuerdos más gravados en la memoria de muchos de los vecinos que durante años no acababan de dar crédito a que la Diagonal en la que ellos vivían con un marcado efecto Guadiana, porque aparecía y desaparecía, se uniría al tronco central de la avenida. Hasta que las excavadoras no acabaron de derruir las viviendas que taponaban la apertura de la Diagonal, pocos creyeron en que la avenida llegaría hasta el mar.
El proceso urbanístico se inició en 1989 -en plena preparación de los Juegos de 1992- y en el arranque del proyecto, como ocurre en prácticamente todas las grandes operaciones, se erró en el calculo del tiempo ya que estaba prevista la apertura total en 1997. Hicieron falta casi tres años más para terminar un complejo proceso en el que se vieron afectadas muchas familias que tuvieron que ser realojadas. El proceso, además, todavía no ha concluido y un grupo de vecinos sigue sin estar de acuerdo con la reubicación prevista por el consistorio.
La Diagonal Mar que existe desde hace 30 años es un barrio tranquillo. "Aquí nunca pasa nada, ya veremos que ocurre cuanso de instalen todos los nuevos", apunta una vecina. Además de las viviendas, Diagonal Mar tendrá una gigantesca área comercial que persigue ser un centro de referencia no sólo para ese sector de Barcelona, sino también para poblaciones del cinturón bareclonés. Ésa es precisamente una de las cuestiones que más preocupa a los vecinos. "Aquí no hace falta policía porque es un barrio tranquilo. Sería una lástima que todo esto se perdiera", comentan en un corro varias mujeres cuando son preguntadas sobre cómo ven el futuro del barrio.
Hay otras cosas en las que se está notando el cambio. También lo explican los vecinos: "Hace cinco años un piso de estos -de unos 70 metros y tres habitaciones-no se vendía por más de siete millones de pesetas. Ahora el precio ronda los 22, 23 o más. Claro que se nota", añade el portero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.