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Una avería causó el fuego en el funicular siniestrado en Austria

Una avería y la ausencia de dispositivos antiincendios fueron las causas más probables de la muerte de por lo menos 156 personas al incendiarse el tren funicular Dragón del Glaciar en el túnel de Kitzsteinhorn, al suroeste de la ciudad austriaca de Salzburgo. Los criminólogos presumen que el tren se averió antes de introducirse en el túnel, porque encontraron como indicio aceite lubricante sobre los rieles. Aseguran que la catástrofe fue consecuencia de un fallo del mecanismo del funicular.

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Bajo condiciones infrahumanas, los soldados del Ejército continúan noche y día extrayendo los restos calcinados. Ayer consiguieron rescatar 128 cuerpos. "Un incendio no era una suposición previsible", confirmó el director de la sección ferroviaria del Ministerio austriaco de Transportes, Karl-Johann Hartig. Poco a poco van saliendo a la luz las deficiencias del primer metro alpino, que se inauguró con orgullo en 1974 en una de las estaciones de esquí más destacadas de Europa. Se consideraba prácticamente infalible y fue imitado en el resto del mundo. Desde el principio funcionó sin el más mínimo incidente y transportó unos 20 millones de pasajeros hasta el fatídico sábado 11 de noviembre de 2000. Se le creía infalible. Como jamás se pensó que este vehículo pudiera arder, nunca se realizaron simulacros de incendio ni se instalaron medidas eficientes contra el fuego. El vehículo sólo disponía de extintores rudimentarios en las dos cabinas reservadas al conductor, inalcanzables para los pasajeros. Los ocupantes no tenían posibilidad alguna de abrir las puertas desde el interior del vagón. Y una vez fuera del tren, no había ninguna salida de emergencia en el túnel para poder escapar del infierno.

Únicamente el conductor podría haber abierto las puertas, pero no se sabe aún si lo consiguió, porque los escombros en torno al vagón impiden el acceso de los investigadores, según explicó Christian Tisch, coordinador de las investigaciones técnicas. El experto defiende la hipótesis de que "el accidente fue consecuencia de un fallo en el mecanismo del funicular" y de que "no hay indicios de una acción ajena".

Todo indica que el Dragón del Glaciar se averió apenas comenzó a subir la cuesta. La sospecha surgió en base a los testimonios de supervivientes y después de detectar en los rieles del tren restos de un líquido inflamable, que podría ser aceite lubricante del sistema hidráulico, derramado debido a una avería. Sesenta metros después de entrar en el túnel, el vehículo se detuvo por causas desconocidas. Tisch insinuó que un faro defectuoso pudo haber disparado el sistema automático de freno.

De inmediato el vagón se vio envuelto en llamas y humos tóxicos. En el otro convoy, que descendía en ese momento, murieron el conductor y el único pasajero, supuestamente asfixiados por los gases tóxicos. En un principio se había supuesto que el conductor viajaba solo. En los Estados federados de Tirol y Carintia se detuvo el funcionamiento de dos funiculares similares al de Kitzsteinhorn. También en Francia, el ministro de Transportes, Jean-Claude Gayssot, ordenó la inspección inmediata de otros metros alpinos construidos según el modelo austriaco.

1.500 escalones para el rescate

Los equipos de rescate, formados por unos 100 soldados y criminólogos, siguieron trabajando en el túnel bajo peligro de desprendimiento de rocas y agua. Ayer consiguieron recuperar 128 cuerpos, todos desfigurados. El fuerte viento, de más de 140 kilómetros por hora, dificultó su traslado. Por la noche cayó una copiosa nevada. "Los soldados trabajan al límite de sus capacidades físicas y psíquicas", comentó el comandante Roland Ertl. Para llegar hasta el tren desde la boca superior de la galería tienen que recorrer 700 metros, descendiendo 1.500 escalones con una pendiente del 49%. Para regresar tardan media hora. El suelo está resbaladizo. Los responsables se están planteando conservar los escombros y el polvo en contenedores durante un largo período, por si hay que buscar las pistas de algún desaparecido.

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