Para qué sirve estudiar la cultura y las lenguas clásicas
El latín y el griego no son sólo declinaciones y alfabetos. Estas dos asignaturas incluyen hoy, además de unas nociones básicas de lengua y gramática, un amplio abanico de conocimientos que engloba ciencia, política, economía, pensamiento o literatura.El objetivo es mostrar a los alumnos sus raíces culturales y lingüísticas. Como explica gráficamente el presidente de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, Antonio Alvar, "los estudiantes nunca podrán saber quiénes son ni dónde están sin conocer de dónde vienen". Ésta es la primera respuesta que dan los expertos cuando se les interroga por la utilidad de la cultura y las lenguas clásicas, pero no es la única. Éstos son sus principales argumentos:
- Conocimiento del español. Los especialistas coinciden en que es imposible llegar a conocer bien el español (o cualquier otra de las lenguas peninsulares, incluido el euskera, que le debe buena parte de su léxico) sin tener unas nociones elementales de latín.
- Aprendizaje de idiomas. Estudiar latín y griego facilita el aprendizaje de otras lenguas.La enseñanza de las lenguas clásicas imita los métodos didácticos de los idiomas modernos. Con unas nociones básicas de latín es más fácil entenderse con los hablantes de cualquier otra lengua románica (italiano, portugués, catalán). Recuerda Alvar que "el latín fue como el inglés hace no tantos siglos".
- Preparación universitaria. El catedrático de Griego Francisco Rodríguez Adrados asegura que "toda la creación del lenguaje científico parte del griego". Conocer el significado y el origen de las palabras es particularmente útil para los estudiantes de medicina o de biología. Algunos países como Alemania o Suiza exigen unos conocimientos mínimos de latín para estudiar cualquier carrera.
- Formación intelectual y laboral. El catedrático de Latín Nicolás Castrillo resalta que las lenguas clásicas "enseñan a pensar, a tener criterios propios". Añade que la traducción de textos clásicos es un entrenamiento para analizar e interpretar los elementos de cualquier situación por complicada que resulte.
Esto enlaza con la idea clásica de que "las humanidades ayudan a formar personas, no sólo profesionales". Afirman los expertos que una formación especializada resulta insuficiente ante un mercado laboral en continua evolución. Por eso, dicen, es mejor dar una formación humanística que acostumbre a los futuros profesionales a solucionar problemas y a aprender nuevas tareas con rapidez.
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