Un triunfo bajo sospecha de Makinen deja el título en el aire

El Rally de Australia terminó ayer tan controvertido como en todo su desarrollo. La última etapa sí vio a los pilotos pisar el acelerador sin tácticas, pero cuando Tommi Makinen había subido al podio como vencedor, y Marcus Gronholm y Richard Burns, segundo y tercero, se citaban en Gran Bretaña para jugarse el título, los comisarios dejaron en suspenso el resultado del rally. El triunfo de Makinen estaba anoche pendiente de una verificación del turbo de su coche.Los cuatro últimos tramos se disputaron, por fin, como una carrera. Gronholm, Makinen y Burns comenzaron separados por sólo ocho segundos y, con 100 kilómetros de recorrido, no hubo margen para la estrategia. Los tres se lanzaron por la victoria y el más rápido fue Makinen, que aprovechó la circunstancia de partir tercero y tener la pista limpia de gravilla. La prueba no se decidió hasta el último momento, pero el resultado final no se conocerá hasta hoy, cuando se anuncie si el motor del Mitsubishi de Makinen era reglamentario.

Tanto si se confirma el triunfo de Makinen como si le descalifican y Gronholm y Burns pasan a ser primero y segundo, habrá que esperar hasta el Rally de Gran Bretaña (del 23 al 26 de noviembre) para conocer al campeón. Gronholm lo tiene mejor. En el primer caso le bastará con acabar tercero y en el segundo con ser quinto. Carlos Sainz ya no tiene ninguna posibilidad.