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¡Que invente Murcia!

Parece ser que no hablaremos más del Medpark. Se acabó el discutir sobre este fastidioso asunto. La Universidad de Alicante ha dado por concluido el tema y no recurrirá las decisiones del Gobierno valenciano. En un ejercicio de humildad, su equipo de gobierno ha solicitado una entrevista con el presidente Zaplana para cerrar heridas y buscar soluciones: aprovechar los terrenos adquiridos para el parque y edificar en ellos algunos edificios que se precisan para el desarrollo del campus. Veremos que dice Zaplana. Del proyecto de parque científico que promovía el rector Pedreño no queda, pues, mucho que hablar.Y es ahora, precisamente, cuando uno advierte lo poco que se ha hablado del asunto. Sobre el Medpark se han vertido ríos de tinta, se han dicho enormes disparates, se han lanzado acusaciones terribles, se han registrado algunas fotos para la posteridad. Pero hablar, lo que se dice hablar, apenas nada. Yo no recuerdo más de dos o tres artículos donde pudieran encontrarse razones, argumentos contrarios a esta idea. Dos meses después de que comenzara la polémica, las grandes cuestiones sobre este parque científico siguen sin responderse. No sabemos si, para la Generalitat, el parque era o no una fantasía del rector Pedreño; si se pensaba que su financiación estaba bien o mal resuelta; si los beneficios que podía rendir a la provincia eran o no una quimera. No sabemos nada. Nada de nada. En este asunto, el éxito del Gobierno ha sido absoluto. Ha impuesto sus decisiones sin manifestar un argumento y amparándose en cuestiones formales. ¡Cuestiones formales, nuestro Gobierno! Semanas atrás nos preguntábamos, en estas mismas páginas, por qué se desdeñaba la creación de un parque científico que podría representar un papel relevante para nuestra industria, mientras continuábamos con arriesgadas inversiones de futuro problemático. Quizá debamos repetir hoy la pregunta. En tanto que el Gobierno de Eduardo Zaplana dedica toda su atención a la industria cinematográfica, de tanta raigambre en las tierras alicantinas, a 40 minutos de Alicante, 30 de Elche y 15 de Orihuela, se pone en marcha un parque científico que ejercerá una innegable influencia sobre el sur de esta provincia.

El pasado domingo, la prensa de Murcia anunciaba, con gran despliegue, la creación de un parque científico en el campus de Espinardo, junto a la autovía de Lorca. Promovido por las universidades de Murcia y Cartagena, la Confederación Regional de Empresarios, el Ayuntamiento de Murcia y la Consejería de Tecnologías e Industria, el proyecto busca crear en aquella región un espacio para albergar centros de investigación y empresas de alto contenido tecnológico. El Ayuntamiento de Murcia ha ofrecido dos millones de metros cuadrados para la ubicación del parque -una cantidad de terreno bastante mayor que la prevista para el Medpark y que hizo hablar a algún prestigioso periodista de especulación inmobiliaria-. La inversión inicial es de tres mil millones de pesetas, de los que la mitad correrá a cargo del Gobierno de la comunidad y el resto, de las empresas que participen. Las previsiones sobre la inversión que puede captar el parque, se estiman, en principio, en decenas de miles de millones de pesetas. Mientras, confiemos en que los empleados de estas empresas acudan, en su tiempo de ocio, a visitar Terra Mítica y la Ciudad del Cine y nos ayuden a cuadrar las cuentas. Nos va a hacer falta.

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