La cumbre teatral del Siglo de Oro llega a Bilbao con 'La vida es sueño'

El montaje del director Calixto Bieito sobre La vida es sueño, de Calderón de la Barca, ha seguido un extraño camino. La obra cumbre del teatro del Siglo de Oro español fue estrenada en inglés con un reparto de actores anglosajones en el Festival de Teatro de Edimburgo en 1998. Después se vio en los escenarios de Londres y Nueva York, antes de llegar este año a España en plena conmemoración del 400 aniversario del nacimiento de Calderón. Hoy se presenta en el Teatro Arriaga de Bilbao

El actor Carlos Álvarez, que consiguió este año el premio Goya al mejor actor revelación por su interpretación en la película Solas, advirtió ayer al público de que no debe temer el aburrimiento ante el denso texto recitado de la obra. Álvarez, que interpreta al rey Basilio, el padre de Segismundo, explicó que el montaje de Bieito mantiene toda la tensión del drama filosófico de Calderón alrededor del libre albedrío y la predestinación. "La reflexión esta en el drama y no hay que enfatizarla", afirmó. "El ritmo está en el verso clásico. Se debe buscar la intención del texto, los motores que mueven a los personajes".¿Dónde radica, entonces, la novedad de la exitosa propuesta de Bieito? "En vez de recitar, vomitamos el texto, que sale a borbotones de los personajes", aseguró el actor. No hay, en su opinión, riesgo de hacerlo ininteligible. "Siempre se pierde algo; no por decirlo más despacio los espectadores pierden menos", añadió. "Es un torrente de palabras, un torrente de emociones que llega desde el escenario".

En ausencia del resto de la compañía, Álvarez adelantó cómo construyó Bieito el personaje central de Segismundo, el muchacho encerrado en una torre por su padre, que interpreta el actor Joaquín Notario. "Ha subrayado los aspectos contradictorios, la fiereza y la brutalidad, por una parte, frente a lo vulnerable, lo tierno y lo infantil de Segismundo". El resto de los papeles principales los encarnan Nuria Gallardo, Boris Ruiz, Miquel Gelabert y Roger Coma.

Bieito no ha escatimado elogios a la calidad literaria de la pieza más conocida del extenso repertorio de Calderón, a la que ha calificado como el Hamlet del teatro español. "La vida es sueño es una de las obras teatrales más extraordinarias de la literatura universal. Es perfecta, es poesía, puro teatro y pura relojería", ha asegurado el director.

La escenografía, concebida por Bieito y Carles Pujol, es austera. En un escenario semidesnudo se presenta un círculo de grava, que representa al mundo, y un gran espejo barroco, el símbolo del cielo, en el que se reflejan los actores, la escena e, incluso, el público que asiste a la representación.

La función sorprende a los espectadores con el inesperado sonido del flamenco que, en opinión de Álvarez, se adapta perfectamente en todos sus palos al texto clásico del Siglo de Oro. Bieito eligió el flamenco para expresar el dolor íntimo y los numerosos monólogos de la obra por su poder para "ir directamente al estómago". El cantaor César Moreno y el percusionista Juan Flores son los responsables de llevar el flamenco al montaje.