"En España ya no hay sitio para más operadores de telefonía móvil"
Luis Lada (Turón, Asturias, 1950) fue designado hace apenas tres meses como presidente de Telefónica Móviles. César Alierta, presidente del Grupo Telefónica desde julio pasado, ha depositado en él toda su confianza y le ha encomendado, entre sus primeras tareas, la colocación en Bolsa de la filial sobre la que descansa la estrategia de futuro de la operadora. Móviles pondrá en el mercado 345 millones de acciones de nueva emisión a un precio de entre 10,85 y 13,25 euros, lo que supone valorar la empresa entre 7,15 y 8,35 billones de pesetas, y la colocará entre las cinco mayores por capitalización bursátil. Pregunta. ¿Por qué se ha quedado finalmente la colocación en el 8,92% del capital?
Respuesta. Dijimos que la colocación sería en torno al 10% y por un máximo del 12%. La verdad es que fue una expresión muy poco feliz, porque el objetivo nunca fue superar el 10%. Se trata de una ampliación de capital que nos aporta dinero para nuestra expansión, básicamente en la telefonía móvil de tercera generación (UMTS), pero tenemos otros negocios que nos aportan un cash flow positivo [recursos]. No necesitabamos dos billones de pesetas. ¡No sabríamos qué hacer con ellos!
P. ¿No tiene que ver con la inestabilidad de la Bolsa?
R. No. Hemos decidido en función del dinero que necesitamos, y aun así, la nuestra es la mayor oferta pública de salida a Bolsa de la historia de España. Estábamos pensando obtener entre 700.000 millones y un billón, pero, tal y como ha evolucionado el coste de las licencias de UMTS en Europa, parece que con la banda baja nos apañamos [Telefónica Móviles obtendrá entre 637.780 y 771.580 millones].
P. El Gobierno tiene la acción de oro. ¿Condiciona la expansión con fusiones o adquisiciones?
R. Nosotros queríamos eliminarla, como es lógico, porque es una limitación muy, muy teórica, pero una limitación. El Gobierno la utilizará sólo si Telefónica baja del 50% del capital de Móviles, y tenemos mucho recorrido aún, o si un accionista toma más de un 10%. Ya sabemos lo que significa lo del 10%, que sea un Estado el que se haga con él. Cuando estemos cotizando tendremos más capacidad para adquirir pequeñas operadoras pagando con papel para acceder a otros mercados.
P. ¿Contempla una fusión?
R. Nunca se debe decir que no vaya a ocurrir, pero trabajamos con nuestro propio plan estratégico, basado en seis puntos: mantener el liderazgo en España, crecer orgánica y teritorialmente en América Latina, expandirnos en Europa aprovechando la concesión de nuevas licencias, funcionar como una empresa unificada generando economía de escala para reducir costes, desarrollar el mercado de Internet móvil con aplicaciones de contenidos y fortalecer la situación financiera, que ya está mejor que la de cualquiera de nuestros competidores. Nosotros ya hemos disipado nuestras dudas estratégicas y no hemos querido esperar. Hemos incorporado Latinoamérica a nuestras líneas de negocio, hemos incluido México a nuestro negocio, tenemos una estrategia de crecimiento en Europa y en el mundo de Internet... Tenemos una cosa mucho más redonda que los demás.
P. Móviles depende del UMTS. ¿No fían mucho a una tecnología en desarrollo y cuyo mercado se desconoce?
R. Sí. Pero si no creyéramos fervientemente en el UMTS no estaríamos haciendo lo que estamos haciendo. Nosotros creemos en el UMTS y eso no quiere decir que el UMTS vaya a estar disponible en el 2001, el 2003... Las etapas iniciales van a tener incertidumbres y admito dudas. De lo que no tengo dudas es de que en 2010 el móvil va a ser un comunicador personal, lo tendrá todo el mundo, lo utilizará todo el mundo, todas las máquinas estarán conectadas por tecnología móvil... y si no hacemos el cambio al UMTS, se colapsarán las redes.
P. Si todas las comunicaciones van a depender del UMTS, ¿están justificadas las cantidades que se pagan por las licencias?
R. ¿Cuánto hay que cobrar a una empresa por entrar en un negocio? Cobrar mucho penaliza el desarrollo, y cobrar poco lo favorece. La licencia es un elemento de coste para el que paga y el nivel de agresividad comercial estará penalizado año tras año por la amortización de lo que hemos pagado. En España hemos pagado poco, pero ahora nos han metido un canon y tendremos que amortizarlo. Si aplicas una penalización es obvio que nuestra capacidad de competir se resiste, ya sea por la vía de un canon o de la licencia.
P. ¿Cómo afecta la tasa que ha fijado el Gobierno español al plan de negocio?
R. La tasa significa que nos quitan 25.000 millones de cash flow [recursos financieros] cada año. Lo que se va a destinar a la tasa sale de nuestra caja y, por tanto, nos planteamos que los umbrales de rentabilidad de cada decisión cambian. A cada operador nos va a afectar de una manera, dependiendo de la capacidad para rentabilizar sus inversiones. ¿Cómo le afecta al usuario? El nivel precios y prestaciones serán los mejores, pero dependiendo de lo eficientes que seamos las operadoras, de cómo sea el juego competitivo y cómo se reparta la tarta dependerá la relación con los clientes. Quien mira por el interés general puede decidir lo que quiera, pero esto no favorece el desarrollo de la telefonía móvil.
P. ¿Cuántos operadores caben en el mercado español?
R. Ésa es una decisión... Como está todo el espectro repartido, no caben más. Habrá más espectro en UMTS porque la Unión Internacional de Telecomunicaciones va a ampliar las bandas de frecuencias. Lo hemos pedido todos los operadores porque el espectro es proporcional al tráfico y nosotros necesitamos mucho más espectro. Hemos visto muchas veces cómo nos colocaban nuevos competidores y hemos sabido manejarnos. En todo caso, no creo que vaya a haber más competencia porque haya más operadores. De hecho, ya está habiendo procesos de concentración para poder ofrecer servicios de calidad a bajo precio.
P. ¿Debería haber compensaciones por el incremento de la tasa y el anuncio de nuevos competidores después del concurso de licencias de marzo pasado?
R. Hay montones de incertidumbres en el mercado. Pero cuando hicimos un plan de empresa lo hicimos con unos supuestos. Han variado las condiciones sustancialmente y asumimos muchos riesgos con aquellos planes de negocio. Lo que cabría hacer es variar el plan de negocio y a todos los efectos podríamos reclamar que no se ejecuten los avales si no se cumplen los planes que presentamos en marzo. Meter nuevos operadores varía las condiciones contractuales bajo las que se nos asignó el espectro. Por tanto, lo que cabe ahí es una expropiación, y entonces se entra en una dinámica para estudiar compensaciones. Si no se llega a un acuerdo extrajudicial, se tendrá que llegar a los tribunales.
P. ¿Cómo va a terminar ese proceso de concentración?
R. Habrá cuatro o cinco grandes operadores globales y nosotros seremos uno de ellos. Todo el mundo reconoce ahora que Telefónica va a ser uno de los consolidadores, no de los consolidados. Está claro que también estarán Vodafone y New Orange [France Télécom]. Nosotros somos ya el tercer operador del mundo por población cubierta y América Latina nos aporta un potencial de crecimiento brutal. Allí somos ya el número uno y eso es clave en la batalla que va a haber en Europa. Mantener el liderazgo en América Latina y ser los más innovadores en Internet móvil en Europa es lo que nos hace grandes. Deutsche Telekom tendrá que hacer alguna operación, muy cara, para fortalecerse, porque no tiene presencia en Italia ni en España y dicen que no acudirá a Francia. Telecom Italia tiene una posición débil, está sólo en Italia, España y Grecia.
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