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Entrevista:JOSÉ CARLOS SOMOZA ESCRITOR

"Los premios literarios son algo muy triste en este país"

José Carlos Somoza acaba de publicar La caverna de las ideas (Alfaguara), su sexta novela. La acción, situada en la Grecia de Platón, aprovecha una trama de intriga para reflexionar sobre el hecho literario. Ganador de los premios La Sonrisa Vertical y Café Gijón y finalista del Nadal con Dafne desvanecida, Somoza critica el panorama editorial español, en el que manda lo que este escritor llama el "solapismo".Pregunta. ¿Es la novela de género una forma de resolver el reto de escribir una narración en estos tiempos en que se habla del fin de la novela?

Respuesta. Creo que más que una guía, a mí me sirve como excusa. Sobre todo ese género que se puede llamar de intriga o de misterio, que permite ir por el laberinto de la trama sin perder el hilo conductor. Además, el suspense es una buena disculpa para hablar de otras cosas.

P. ¿Es fácil situar un detective en la Grecia clásica?

R. Creo que sí. En aquel entonces había delitos, tribunales que los juzgaban, policías (que se llamaban los servidores de los Once) y cierta investigación, quizás no tan pegada al Derecho como la actual, pero que sí buscaba la identidad del culpable. Eso sí, en mi novela la profesión de descifrador de enigmas es una excusa para plantear un personaje aristotélico.

P. Sus orígenes laborales están en la Psiquiatría. ¿Es una referencia a la hora de desarrollar historias de investigación?

R. Lo que ayuda realmente es tener una gran capacidad de observación y una curiosidad por las personas y las situaciones. Esto le sirve al psiquiatra y al escritor. Disfruto observando la conducta de otros en los lugares públicos.

P. ¿Los premios incentivan la escritura o sólo son una recompensa económica?

R. Los premios son algo muy triste en este país. España es uno de los países donde más se publica y donde más premios literarios hay. Pero el escritor desconocido no tiene muchas posibilidades de publicar. Los premios, entonces, sirven para darse a conocer. Por eso, decía, son algo tristes, porque sólo sirven para eso.

P. Sin embargo, hay quien publica, y con éxito, sin haber escrito la novela.

R. Lo lamentable de ese caso, y de tantos otros, es que publican. El éxito es más azaroso y no se puede controlar. Pero el hecho de ofrecer la oportunidad de publicar a alguien que no se dedica a este oficio, tan duro por otra parte, es una situación que debería desaparecer.

P. ¿El plagio es un producto más de la picaresca española o es una consecuencia de las formas de vida actuales?

R. Creo que tiene que ver más con esto último. En Dafne desvanecida, ya hablaba de que se vendían solapas, no libros. Se vende quién ha escrito el libro, por qué, las circunstancias en qué se ha escrito. Tenemos ya el objeto libro y luego las páginas pueden ser blancas.

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