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Entrevista:ABDUL ILAH JATIB - MINISTRO DE EXTERIORES DE JORDANIA

"Palestinos y judíos deben entender que no se librarán unos de otros"

Ángeles Espinosa

Geografía, composición demográfica y vocación política imponen a Jordania una presencia en el conflicto de Oriente Próximo mayor de lo que cabría esperar de su tamaño. La diplomacia jordana trabaja estos días con intensidad para intentar reconstruir los puentes del diálogo entre israelíes y palestinos que han saltado por los aires con el nuevo estallido de violencia. El ministro de Asuntos Exteriores, Abdul Ilah Jatib, que acompañó al rey Abdalá a las cumbres de Sharm el Sheij y El Cairo, volvía de entrevistarse con el presidente palestino, Yasir Arafat, cuando ayer recibió a EL PAÍS. "La paz es la única opción", repitió una y otra vez durante la entrevista, subrayando así la postura que su país mantiene desde hace años. Pregunta. ¿En qué consiste la "diplomacia tranquila" que, según su primer ministro, está llevando a cabo Jordania?

Respuesta. Tenemos una larga historia de participación en los contactos diplomáticos y políticos de esta zona, porque somos una de las principales partes directamente implicadas en el proceso de paz. Jordania ha defendido una solución política del conflicto árabe-israelí desde los primeros momentos tras la guerra de 1967. Y hemos alcanzado nuestra paz con Israel como parte de ese proceso global. Sabemos que el núcleo del problema en la región es la dimensión israelo-palestina del mismo. Sin una solución de esa parte del conflicto, no habrá paz en la región. Estamos totalmente convencidos de ello y tratamos de convencer al resto de que actúen sobre la base de que la paz es la única opción. Los palestinos no pueden librarse de los israelíes y los israelíes no pueden librarse de los palestinos. Cuanto antes se convenzan de ello, menor será el sufrimiento y el dolor que padecen sus pueblos. Hay que volver a la situación previa a los enfrentamientos. Confiamos en que los israelíes se hayan dado cuenta de que no pueden silenciar a los palestinos con el uso de la fuerza.

P. Usted estuvo anoche en Gaza. ¿Qué impresión se ha traído?

R. Sí; a pesar del deterioro de la situación sobre el terreno, visité a Arafat en su despacho, en Gaza. Le reiteré nuestra posición de que la única solución es la vuelta al proceso de paz y encontré que los palestinos se mostraban receptivos. Están esperando que los israelíes pongan fin a ese trato, a las muertes diarias. También piden que los israelíes replieguen sus tanques y artillería pesada a las posiciones que ocupaban antes de los enfrentamientos.

P. Esta crisis ha provocado una reacción sin precedentes en la calle árabe. ¿Qué la hace diferente de las anteriores?

R. En primer lugar, el insulto que todos los árabes y los musulmanes sintieron tras la visita de Sharon a Al Aqsa. Es muy grave. Se trata de uno de los lugares más sagrados del islam. Incluso para la gente que no es muy religiosa, se trató de algo ofensivo, porque es muy simbólico. Y cuando se trata de los símbolos nacionales y religiosos hay que ser muy cuidadoso. Sharon debiera darse cuenta de que ha causado mucho dolor y sufrimiento y que ha complicado terriblemente la situación regional. Debemos decirle a él y a todo el mundo que la paz no es un gesto de caridad hacia el pueblo palestino. Los israelíes necesitan la paz, verdadera paz, tanto como los palestinos. Ésta es una oportunidad histórica, y si se pierde, toda la región sufrirá. Por otra parte, todos en esta zona están observando el proceso de paz, los contactos diarios, las reuniones, cada detalle. Y de repente han visto el tratamiento agresivo, el excesivo uso de la fuerza contra los palestinos. Ha sido un golpe bajo. Creían que se estaban hablando como socios. Han visto que se imponía la relación ocupante-ocupado justo cuando la gente intentaba liberarse de esa imagen.

P. Mi impresión es que los ciudadanos, no sólo en Jordania, sino en todo el mundo árabe, se están mostrando más radicales que sus dirigentes (piden la ruptura total de relaciones con Israel). ¿No abre eso una brecha entre los Gobiernos y sus pueblos?

R. En Jordania respetamos los sentimientos de nuestro pueblo. Sentimos de igual forma. Pero, cuando se trata de tomar medidas críticas, actuamos de forma responsable, intentando decir a todo el mundo que la paz es la única opción. Aunque eso tiene que ser correspondido desde el otro lado, porque, como he dicho, la gente ha resultado realmente sorprendida por la forma en que las fuerzas israelíes se han enfrentado a los jóvenes y niños palestinos desarmados. Estas escenas han ofendido no sólo a los jordanos o a los árabes, sino a todo el mundo. Eso tiene que acabar, es lo importante. En todas las sociedades hay un amplio espectro de opiniones, pero los Gobiernos responsables actúan de forma responsable. El fracaso en superar esta crisis y volver a la mesa de forma digna reforzará sin duda a los que se oponen a la paz en ambos lados.

P. La mayoría de los jordanos con los que he hablado me han dicho que no ven los beneficios del tratado de paz que ustedes firmaron con Israel en 1994. ¿Cómo les explicaría la necesidad de mantenerlo?

R. En primer lugar, seguimos convencidos de que la paz es la única opción. Pase lo que pase, se volverá a la mesa de negociaciones, unos y otros afrontarán esta realidad y se darán cuenta de que no pueden eliminar al adversario. Lo triste es que se convencerán de ello tras el sacrificio de mucha gente inocente. En segundo lugar, estamos intentando dar apoyo y ánimo para que avance el proceso de paz, y nuestras relaciones nos dan los medios para hacerlo. Si fallamos, nos encontraremos ante una presión mucho mayor.

P. Jordania no sólo tiene una importante población palestina, sino que es además el único acceso exterior a Cisjordania. ¿Teme usted una eventual extensión de la violencia?

R. No; creo que la mayoría de la gente sabe que se trata de una confrontación entre israelíes y palestinos, y que la mejor forma de actuar es dar apoyo a los palestinos y trabajar de forma efectiva para ayudarles. Creemos que sólo una Jordania fuerte y unida puede hacerlo. La gran mayoría de nuestra gente evitará cualquier acción que pueda minar la capacidad del país para hacer frente de forma constructiva a la situación.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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