El retorno de The Waterboys

Siete años, siete llevaban The Waterboys sin grabar ningún disco como tales. La banda encabezada por Mike Scott, un escocés de Edimburgo, inició su carrera en los ochenta, década en la que consiguieron una notable popularidad gracias a discos como The Waterboys, A pagan place o Fisherman's blues. En estos discos Waterboys se caracterizaban por un sonido épico que en diversas entregas fue coqueteando tanto con el folk como con la música celta e incluso con el country. En definitiva, la banda envolvía con ricos arreglos una tradición musical que acercaban al pop. Los noventa no cuidaron tanto a The Waterboys, que sólo llegaron a editar dos discos, Room to roam y Dream harder, álbumes cuyo tibio impacto hicieron, tal vez, que Scott publicara dos trabajos en solitario. Tras estas experiencias, y ya llegados a finales de los noventa, Scott ha vuelto a reunir a su grupo para editar A rock in the weary land, un disco en el que de nuevo la producción resalta por su elaboración. Coros gospel, colaboraciones de artistas como Julian Cope y el uso de samplers caracterizan un disco que parece alumbrado por la afición que Scott ha desarrollado por las músicas electrónicas. Pero que nadie se confunda, este disco es un disco de pop-rock no electrónico, un disco que Scott presentará esta noche con su banda en Bikini (22:00 horas). Allí Scott se reencontrará con sus viejos fans de los ochenta -si es que éstos aún salen de conciertos.-