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FÚTBOL Internacional

Chilavert se 'exilia' en Francia

El portero paraguayo, con un juicio pendiente en Argentina, ficha por el Estrasburgo y promete marcar el gol 60 de su carrera

El mejor portero del mundo ya no juega en el fútbol argentino. Ahora que José Luis Félix Chilavert González, de 35 años, fue traspasado del Vélez al Racing de Estrasburgo los aficionados de todos los equipos rivales comprenden cuanto querían a ese jugador que tanto decían odiar. Los insultos cesaron inmediatamente y la partida de Chilavert deja detrás de sí las primeras líneas de un relato que con el tiempo se convertirá en leyenda. Los jóvenes de ahora serán los padres y abuelos que podrán contar a sus hijos y nietos: "yo vi jugar a Chilavert".Chilavert debutó en la Primera división de Paraguay con el Sportivo Luqueño, cuando sólo tenía 15 años. Luego jugó en el Guaraní y desde allí le trajo por primera vez el San Lorenzo a Buenos Aires. Todo parecía suceder a una velocidad que no se correspondía con el tiempo necesario para el aprendizaje y la formación. Del San Lorenzo al Zaragoza, fracaso y regreso. La ambición de Chilavert corría por delante hasta que un día Carlos Bianchi fue nombrado entrenador del Vélez. Allí se encontraron Chilavert y su destino.

Desde 1993 la sucesión de títulos fue imparable. El Vélez de Bianchi y Chilavert, en el que también se destacaban, entre otros, Mauricio Pellegrino y el Turu Flores, hoy jugadores del Valencia y el Deportivo, ganó el Torneo Clausura, luego la Copa Libertadores de América de 1994, la Copa Intercontinental frente al Milan, el torneo Apertura de 1995, la Copa Interamericana de 1996, la Supercopa de ese año, la Recopa Sudamericana en 1997 y el torneo Clausura de 1998.

Su figura se desplegaba en la portería y parecía exceder los palos y el larguero. Paraba los balones y se burlaba. La furia enceguecía a los delanteros. Chilavert respondía en todos los terrenos. Devolvía bronca por bronca, cara a cara, y además convertía goles. Marcó 59 en el fútbol argentino. De Penalti, de remates francos y desde cualquier distancia. Se vengó de todos los porteros que intentaron disputarle el número uno marcándoles goles.Dos a Navarro Montoya cuando jugaba en el Boca, y en un mismo partido. Dos al Mono Burgos, el del Mallorca, cuando jugaba para el River y para la selección Argentina. Uno de ellos desde 60 metros. El árbitro cobró una falta de un jugador del River poco más allá de la mitad del campo. Chilavert se acercó, vio a Burgos adelantado y cuando los jugadores aún buscaban su sitio dio un grito para que su compañero se apartara y remató. El balón cayó por detrás de Burgos que retrocedía y entró debajo del larguero.

Fue considerado el mejor portero del mundo en 1995,1996,1998 y 1999. El mejor jugador de América en 1996 y el mejor portero de la última Copa del Mundo disputada en Francia. Además batió el registro de goles convertidos por un portero en un mismo partido. En la pasada temporada le marcó tres al Ferrocarril Oeste cuando el Vélez ganó 6-1. Sólo le detuvieron dos penaltis y desvió el remate en otros dos.

Hace dos días, cuando se resolvió el traspaso al Estrasburgo, dijo que era el momento oportuno de dejar Argentina: "Se me hacía difícil caminar por Buenos Aires. Voy con mi pequeña hija y los hinchas rivales me insultan. Tenía que sacar a mi familia para que pueda disfrutar". La verdadera causa de su fuga parece ser otra. Chilavert tiene un proceso pendiente por el que le condenaron en primera instancia a una inhabilitación de 13 meses para jugar en Argentina. Fue el protagonista de un escándalo al final de un Gimnasia y Esgrima-Vélez y acabó pegándole a un auxiliar del Gimnasia, que le demandó ante los tribunales.

"Caudillo, ganador", según los compañeros del Vélez. "Tipo jodido, mala persona", para otros jugadores. Según Bonano, el portero titular del River y de Argentina, "Chilavert tiene complejo de inferioridad, podrá ser un fenómeno pero yo prefiero ser buena persona". Bonano fue uno de los pocos que se desquitó de él marcándole a su vez un gol de penalti. Pero Chilavert igual le despreció "porque le pegó al balón como si tuviera un periódico enrollado en vez de una pierna". Aquellos que le conocen saben que "hace y dice todo de forma premeditada porque este [el fútbol] es su negocio". Pidió la pena de muerte, "en silla eléctrica", para el general golpista paraguayo Lino Oviedo cuando se exilió en Argentina, y asegura que después de "cuatro o cinco años más en el fútbol" se va a postular a presidente de su país para lograr "que haya muchos menos ricos y muchos menos pobres".

Mientras tanto, ayer Chilavert dio su primer golpe teatral en la televisión francesa. Pleno de optimismo, anunció su éxito: "Estoy convencido de que iremos adelante con el Estrasburgo. Ya he marcado 59 goles y estaría encantado de marcar el 60 delante de los aficionados del Racing".

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