Dos equipos sin recursos
Osasuna quiere ganar en cinco minutos y el Athletic se escapa del partido en la segunda parte
A lo mejor, Osasuna y Athletic están donde están por méritos propios. A falta de otras escenas más artísticas, se mirase por donde se mirase, el argumento de este partido reclamaba tralla. La oscura y atosigante circunstancia de los dos equipos, hundidos en los fondos de la clasificación, en principio no daba para galanteos ni bailes de salón, sino todo lo contrario. Era partido de leña, y mucho más bajo el diluvio y el frío de ayer en Pamplona. Pues tampoco. Osasuna comenzó brioso y atolondrado como casi siempre y el Athletic reservón, como sin ganas. Como si la cosa no fuera con él.Ocurre, sin embargo, que Osasuna practica en casi todos los comienzos de los partidos en El Sadar un fútbol tan desquiciado, un fútbol tan de patadón y tente tieso que todos los equipos que llegan a El Sadar comprenden rápidamente lo que tienen que hacer. Les basta esperar en la medular a que Osasuna pierda el balón. Ayer, igual. Entre Felipe, Urrutia y Larrazábal se encargaban de rebanar todo lo que aparecía por el centro del campo y en cuatro pasos, con la colaboración de Urzáiz, Guerrero, se plantaban en los alrededores de Nuno.
OSASUNA 1ATHLETIC 1
Osasuna: Nuno: Yanguas (Arpón, m. 69), Cruchaga, Vidakovic, Mateo: Palacios, Álex Fernández, Ángel (Alfonso, m. 53), Lekunberri; Sabino y Armentano (Ziganda, m. 78).Athletic: Lafuente; Larrainzar, Alkorta, Óscar Vales, Larrazabal; Urrutia, Felipe; J. Etxeberria, Guerrero (Tiko, m. 78), Del Horno (Imaz, m. 87); y Urzaiz. Goles: 0-1. M. 19. Penalti de Mateo a Urzaiz, que transforma Larrazabal, por alto, superando la estirada de Nuno que había adivinado la dirección del disparo. 1-1. M. 71. Barullo en el área tras un saque de esquina que se resuelve con un despeje de Urrutia que da en Armentanocaído en el suelo, y se cuela en la portería de Lafuente. Árbitro: Fernández Marín. Amonestó a Urrutia, Urzaiz, Del Horno, Sabino Unos 15.000 espectadores en El Sadar.
Y mientras la defensa osasunista lanzaba balonazos a Armentano y a Sabino, llegó el primer gol. Ya andaba Urzáiz ganando muchos balones por alto y al final sacó a Mateo un penalti bastante claro, que Larrazabal se encargó de transformar con habilidad y fuerza. Fueron los mejores momentos del Athletic y hasta pudieron sentenciar el partido, con un remate de Urzáiz al palo cuando se andaba por la media hora. Osasuna seguía a ramalazos, tirando del catálogo de jugadas a balón parado a ver si caía la breva.
Y con ese resultado de 0-1 a favor del Athletic y un horizonte para Osasuna más negro que la tarde de ayer en Pamplona, comenzó el segundo tiempo. El Athletic, sin embargo, como si le hubieran puesto un somnífero en el café del vestuario se marchó del partido de una forma escandalosa, como si tuviera todo el pescado vendido. Parecía que ya estaban de vuelta a Bilbao por donde Irurzun. Y de paso, le recordó a Osasuna y a Lotina que todavía quedaba tiempo para no perder el partido. Entre que la entrada de Alfonso por Ángel le dio aire al juego por la derecha de Osasuna y que cada vez eran más frecuentes las jugadas a balón parado, las gradas heladas comenzaron a entrar en calor. Y en otro córner -cómo si no- llegó el gol en un revoltillo que logró aprovechar Armentano, casi sin querer.
Osasuna pudo ponerse por delante en un cabezazo de Armentano que repelió el travesaño y Lotina se convenció que podía ganar el partido y echó mano de Ziganda, un recurso futbolístico y emocional muy importante. Rojo, a la vista del desastre de su equipo, cambió a tres de su hombres en el último cuarto de hora y con ese esparadrapo logró nivelar una contienda que, a la vista de la abstención rojiblanca, se iba venciendo hacia el furor osasunista, ya clásico cuando apenas queda tiempo. Osasuna, quizás, debería jugar un partido previo al oficial, y empezar todos los partidos como los acaba. Así no se entregarían sesenta minutos al rival. Menos mal que el Athletic es un equipo rodeado de penurias. Y ayer, y eso ya es más grave, muy bajo de ánimo.
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