El 'quatre de nou' y el 'dos de vuit' elevan el nivel de las principales 'colles'
Los castells límite sin folre sucumbieron ayer en su temible desafío ante la técnica y habilidad mostrada por las grandes colles. Dos quatre de nou sense folre (Joves de Valls y Minyons de Terrassa) y un dos de vuit sense folre (Vella de Valls) fue el excelente resultado de una jornada en la que se intentó una construcción inédita en esta centuria -y, según algunas tesis, en toda la historia castellera-, el tres de nou sense folre, que probó la Joves en dos ocasiones.
La atención de la jornada tenía dos puntos de interés específicos: Vila-rodona (Alt Camp), donde las colles de Valls cerraban con las máximas aspiraciones la mejor temporada de sus respectivas trayectorias, y Mataró, plaza en la que los Minyons de Terrassa habían anunciado un programa de lujo. La Joves de Valls inició la actuación de Vila-rodona con un quatre de nou sense folre marca de la casa, que presentaba cambios forzados en su estructura, como ha sucedido en las últimas ocasiones. El castell subió fuerte y aplomado y en el momento de cargarlo mantenía sólida su forma, pero al descender la canalla la pérdida de algunas posiciones impidió que el quatre se pudiera culminar.
En la segunda ronda, la formación de la camisa roja se atrevió con el tres de nou sense folre, una construcción nunca intentada a lo largo del siglo, que, según algunas tesis -no compartidas entre todos los historiadores de los castells- se pudo haber logrado en 1852 y 1881. El tres de nou es un castell de extrema dificultad que requiere una absoluta habilidad y que no admite ningún fallo. La Joves lo ha ensayado en las últimas semanas, si bien ayer lo llevó a plaza con algún cambio forzado sobre las pruebas realizadas. Los dos intentos que realizó la colla no consiguieron situarse cerca del éxito, ya que el primero cedió cuando entraban los dosos y el segundo cayó también con los dosos remontando su posisición y cuando la canalla retrocedió al no tener posibilidades de cargarlo por los continuos movimientos que registraba. La Joves completó el dos de vuit amb folre y el tres de vuit.
La Vella, por su parte, inició su actuación con el esbelto y difícil dos de vuit sense folre, un castell hasta ayer sólo cargado en dos ocasiones por los Castellers de Vilafranca. La Vella atacó el castell con convicción y aplomo, hasta logralo cargar de manera brillante. Cuando la anxeneta ya iniciaba su descenso la temible construcción cedió. La alegría invadió la pinya de la Vella al conseguir cargar esta construcción como colofón a una histórica temporada. En la segunda ronda, los rosados coronaron un tres de nou amb folre que subió de manera correcta y completaron el quatre de vuit amb l'agulla y el pilar de sis.
En Mataró, los Minyons cargaron su segundo quatre de nou sense folre del año, tras un acentuado trabajo en toda su estructura que, a diferencia de la semana pasada en Girona, se deformó en el momento de la ascensión. Con anterioridad, la colla de Terrassa había desmontado este castell con los dosos afianzando su posición. El tres de nou amb folre y el dos de set completaron la exhibición de ayer de la colla de la camisa malva.
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