¿Consejo?

Un borrador de decreto elaborado por el Gobierno de Andalucía ha puesto de acuerdo a la totalidad de la oposición y a diferentes especialistas en que dicho texto es inútil; o, mejor dicho, en que la inutilidad será la principal característica del órgano que ha de nacer en caso de que dicho borrador prospere y concluya en la correspondiente disposición legal.Me refiero al ya famoso borrador del decreto por el que se creará el Consejo Audiovisual de Andalucía, órgano destinado a garantizar el pluralismo político, social, religioso, cultural y de pensamiento de cuanto se emite por las televisiones y radios que dependen de la Junta. IU y PP coinciden en afirmar que el Consejo que nacerá por este decreto será una "parodia pobre y vacía", pero más que las opiniones de PP e IU, posiblemente no ajenas a los intereses de esas formaciones, me importa, nos debe importar a los andaluces, lo que sobre el reiterado borrador han opinado dos profesores universitarios especialistas en comunicaciones audiovisuales, Enrique Bustamante y Emelina Fernández.

Para el primero, catedrático de la Universidad Complutense, el borrador del decreto es un "paso atrás notable en la situación que hay ahora en España"; para la segunda, profesora de la Universidad de Málaga, dicho texto "queda muy lejos de las expectativas creadas". Bustamente y Fernández, además, cuestionan tanto la autenticidad como la autoridad del futuro Consejo Audiovisual de Andalucía. "Hace pensar que el Gobierno andaluz no hará uno auténtico mientras no lo haga el PP en una autonomía o en el conjunto nacional", afirma el catedrático de Madrid. Más contundente aún es la profesora de Málaga, quien termina de despejar cualquier duda relacionada con el supuesto carácter garante del Consejo Audiovisual que la Consejería de la Presidencia pretende decretar: "No será una autoridad audiovisual porque carece de competencias de control, de autonomía funcional y no establece un régimen de incompatibilidades".

Ignoro si a muchos este asunto pudiera parecerle excesivamente técnico -no escribo baladí porque la Consejería de la Presidencia ya se ha ocupado de ningunearlo suficientemente al redactar el borrador- como para reflexionar un buen rato en torno a sus consecuencias; baste decirles que la calidad y pluralidad que debieran tener la televisión y la radio públicas dependerán del citado Consejo, y que cuando hablo de televisión y radio públicas me refiero a ésas que pagamos de nuestros bolsillos entre todos los andaluces para que nos las administren tan deficientemente como nos las administran ahora mismo, para que, en fin, nos ofrezcan el comistrajo al que se nos condena cada vez que nuestros televisores y nuestros aparatos de radio transmiten lo emitido por Canal Sur TV y Radio.

El Consejo Audiovisual se encargaría, pues, de solventar los conflictos que actualmente plantean la TV y la radio públicas andaluzas, pero el borrador del que hablo no resuelve la cuestión y sí plantea otro conflicto: la existencia del propio Consejo Audiovisual. Si la RTVA es hoy una muestra de desprecio para con la sensibilidad e inteligencia de los andaluces, este borrador pretende que mañana "personas de reconocido prestigio profesional" sean cómplices de tanto desprecio.