Krámnik acaba con el mito
El joven ajedrecista se convierte en el primer ser humano que vence a Kaspárov en un gran duelo
Gesto emotivo
El ruso Vladímir Krámnik, de 25 años, se convirtió ayer en el primer ajedrecista humano que vence en un duelo a Gari Kaspárov, de 37, número uno indiscutible desde 1985, cuando destronó a Anatoli Kárpov. Desde entonces, sólo había sido derrotado por el programa Deep Blue. Con un virtuosismo defensivo y una serenidad impropios de su edad, completados con un entrenamiento minucioso, Krámnik aguantó ayer en Londres durante cuatro horas la última embestida de Kaspárov y forzó el empate en la 15ª partida de las 16 previstas. El nuevo campeón oficioso, quien domina por 8,5-6,5, cobrará unos 266 millones de pesetas; Kaspárov, la mitad.Los prolegómenos de la partida fueron extraños. Krámnik tuvo que recorrer a pie los 100 metros que separaban a su coche de la entrada del Riverside Studio, sede del duelo, porque un enorme camión bloqueaba el paso hasta la puerta. Entró con cara de pocos amigos. Por el contrario, Kaspárov estaba extrañamente relajado: por segunda vez en este encuentro, se le vio hablando por el móvil minutos antes de una de las partidas más dramáticas de su vida.
Sin embargo, alentado tal vez por el largo aplauso con que le recibieron los espectadores, Kaspárov luchó cuanto Krámnik le dejó. Y por fin hizo lo que debió hacer mucho antes, según la opinión unánime de los expertos: olvidarse de la preparación casera -un ámbito en el que Krámnik le ha superado con creces- y jugar al ajedrez como sabe. Adquirió una pequeña ventaja, pero volvió a estrellarse, una vez más, contra el muro de Krámnik, cuyas virtudes recuerdan mucho a las de Kárpov. El nuevo campeón sólo ha perdido una -contra el británico Michael Adams, en el torneo de Dortmund de hace cuatro meses- de las cien últimas partidas disputadas en la modalidad clásica (sin contar las rápidas), y ninguna de las quince que ha jugado contra Kaspárov en Londres, bajo la organización de la empresa Brain Games y sin el reconocimiento de la FIDE.
Cuando Kaspárov ofreció el empate y estrechó efusivamente la mano de su rival, Krámnik levantó dos veces los brazos en señal de victoria en el único gesto emotivo que se le ha visto. De sus tres analistas, el ruso Yevgueni Baréiev no ha sido visto ni un solo día en el Riverside Studio. El español Miguel Illescas y el francés Joel Lautier fueron ayer. Según el cocinero de la delegación de Krámnik, el español Antonio Córdoba, "es difícil encontrar un grupo de hombres que trabajen más". La jornada no tenía principio ni fin: "Preparaban la próxima partida por la noche, a veces hasta las siete de la mañana". Aunque la preparación más importante se realizó en Mallorca, en septiembre.Durante la rueda de prensa, Krámnik mostró su interés en enfrentarse a una computadora de las más potentes del mundo el año próximo, en un duelo anunciado por Brain Games. Tampoco se negó en redondo a la reunificación de los títulos mundiales -el campeón de la FIDE es el ruso Alexánder Jálifman y su próximo Mundial empieza el día 25 en Nueva Delhi (India)-, pero precisó: "Tengo firmado un contrato que me liga a Brain Games. De modo que el acuerdo tendría que ser entre la FIDE y esa empresa".
Además de reconocer los méritos de Krámnik y los errores propios en la preparación de las aperturas (primeros movimientos), Kaspárov no quiso desvelar el misterio sobre su bajo rendimiento. Pero sí aclaró la duda de sus millones de admiradores: "Espero que Brain Games precise pronto cómo se jugará el Torneo de Candidatos de 2001. Quiero ganarlo y enfrentarme a Krámnik en 2002".
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