El Puerto de Tarragona recupera para los pescadores los terrenos de Astilleros

La Autoridad Portuaria de Tarragona ha recuperado la concesión de Astilleros de Tarragona, después de un largo proceso originado por la quiebra de la compañía hace unos siete años. El Puerto ha llegado a un acuerdo con Hacienda y la Seguridad Social, principales acreedores de la empresa, por el que recupera los terrenos, previo pago de cerca de 200 millones de pesetas. En esta área se ubicará el nuevo muelle y cofradía de pescadores, un proyecto que se prevé estará totalmente finalizado en el verano de 2002.

La Autoridad Portuaria de Tarragona iniciará el proyecto de traslado del muelle de pescadores con la toma oficial de los terrenos de Astilleros durante el presente mes. El rescate de la concesión de la empresa, que, según el presidente de la Autoridad Portuaria, Lluís Badia, databa de las primeras décadas del siglo XX, supone un desembolso de cerca de 200 millones de pesetas a abonar a Hacienda y a la Seguridad Social, principales acreedores de Astilleros. Ello significa avanzar un paso más, según Badia, en la ordenación de la fachada marítima de la ciudad, con el traslado del muelle de pescadores, que se realizará de forma progresiva para evitar que el centenar de barcas censadas en Tarragona dejen de operar.Autoridad Portuaria, cofradía y armadores han recorrido hasta el momento diferentes puertos pesqueros españoles y europeos para adaptar las técnicas más modernas del sector al puerto de Tarragona, según explicó el presidente de la Cofradía de Tarragona, Joan Veciana.

Mejoras técnicas

Una de las principales ventajas del nuevo muelle será la incorporación de una grua travel-lift, que permitirá remolcar a tierra las barcas, algo necesario al menos una vez al año para su revisión y mantenimiento. Hasta el momento los pescadores de Tarragona se veían obligados a acudir a otros puertos para ello.

El nuevo muelle, que ganará terrenos al mar, permitirá, según Veciana, mantener una salida y arribada a puerto rápidas. Además de una zona de aparcamiento más grande, los entre 20.000 y 25.000 metros recuperados, servirán para unificar en un solo edificio los servicios de la cofradía, la zona de subasta y, en naves adosadas, las casetas, la fábrica de hielo y los almacenes para los compradores.

La nueva lonja será cerrada y refrigerada y, aunque una parte de la zona quedará abierta al público, gran parte de ella será acotada y restringida para evitar los robos, "que frecuentemente se producen en las embarcaciones", explica Veciana, y para que personas ajenas al personal de embarque puedan acceder a las barcas.

Según el presidente de la cofradía, que destacó la buena sintonía mantenida con la Autoridad Portuaria, el proyecto en su totalidad puede ascender a los 1.000 millones de pesetas. Lluís Badia, por su parte, explicó que a finales de año se pueden iniciar las tareas previas al traslado y que se calcula que durante el verano del año 2002 esté finalizado.