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Entrevista:JUAN CARLOS IZPISÚA Científico

"La biología ha dejado de ser una ciencia de cocina"

Juan Carlos Izpisúa Belmonte (Hellín, 1960), investigador de prestigio internacional (galardonado por los Institutos Nacionales de la Salud con el premio Bill Clinton al mejor investigador en su campo) y actualmente enrolado en el Instituto Salk de San Diego (California), tras 15 anos en el extranjero considera volver a Espana. Después de meses de contactos y negociaciones, selló el pasado viernes un preacuerdo con el Parque Científico de Barcelona (PCB) que le traería de vuelta a España en un plazo de tres años. Para que ello ocurra, entiende fundamental una "apuesta decidida" del Gobierno por crear grandes centros de excelencia. Su misión sería dirigir, en el marco de uno de ellos, el futuro Instituto de Biología del Desarrollo, donde proseguiría una línea científica de grandes expectativas, la regeneración natural de órganos y tejidos.Pregunta. ¿Va a volver finalmente a España?

Respuesta. Sí me gustaría aunque también estoy muy a gusto donde estoy. El Instituto Salk es un centro de primer orden. Para volver deberían darse ciertas condiciones.

P. ¿Cómo las que refleja el preacuerdo firmado la pasada semana con el PCB?

R. Este preacuerdo es, por ahora, un documento de intenciones. Mi decision definitiva, más que basarse en intenciones, depende de realidades. El PCB es un embrión de lo que podría ser una realidad de calidad científica en un futuro no muy lejano, al estilo de los centros de investigacion americanos de élite.

P. ¿Su intención de volver podría ser un primer paso para conseguir esa realidad?

R. Dentro de 10 años las tecnologías de la información (TI), la biotecnología y la biomedicina van a ser ejes fundamentales en la economía mundial. Ello implica la necesidad de infraestructuras muy complejas y de personal muy especializado. Y eso cuesta mucho dinero. Europa está muy bien en TI, pero muy por detrás en biotecnología. Por ello, la Unión Europea está dispuesta a generar una red de centros de excelencia que pueda competir en igualdad de condiciones con Estados Unidos. España está todavía lejos de Europa. Si bien hay centros buenos, creo que ninguno está al nivel que se va a exigir. Mi propuesta es que se apueste por elevar el listón.

P. Elevar el listón implica invertir de verdad.

R. Sin lugar a dudas. Pero cuidado, la vía a seguir no es una inversión atomizada, al contrario. El impacto que España podría tener en el entorno científico europeo sería mucho mas elevado creando un par de polos de investigación de calidad que atomizando los recursos.

P. De lo que se deduce que ese nuevo centro podría ser el PCB.

R. La idea de la Universidad de Barcelona o de la Universidad Pompeu Fabra de crear centros de investigación de alto nivel es encomiable. Los proyectos, tal y como están planteados, van a constituir la excelencia científica en Cataluña y yo me atrevería a decir que en España. Pero la iniciativa que presentamos Joan Massagué y yo mismo es distinta. Lo que planteamos es, usando los cimientos científicos que se han creado, dar un salto cualitativo y crear un centro de excelencia a nivel internacional. De ahí que trasladaramos la idea al Gobierno que es quien debe decidir sobre la idoneidad del proyecto a nivel nacional..

P. Por tanto, su recomendación es...

R. Que el Gobierno apueste por uno o dos centros de esas características, que sea competitivo a nivel internacional, y que asuma su coste inicial operativo. Podría ser en Madrid, aunque deberían revisarse a fondo determinados aspectos de equipamiento y organización. Y podría ser en Barcelona porque ahí se dan ahora mismo unas condiciones sin precedentes en el paisaje científico espanol. En cuanto a números, estamos hablando de invertir de 5.000 a 6000 millones de pesetas anuales durante cuatro o cinco años.P. ¿Qué implicaría para el Gobierno esa apuesta?

R. Sin lugar a dudas, un salto cualitativo y cuantitativo sin precedentes en la ciencia española, puesto que no se trata de añadir un centro más, sino de crear un entorno científico que trascienda a los nombres. Yo haría énfasis en que más que una implicación para el Gobierno es una implicación que abarca y se extiende a la sociedad española en general. La importancia que la investigación básica ha tenido en la esperanza y calidad de vida es indiscutible: basta citar la que ha tenido en el desarrollo de las vacunas, quimioterapia o enfermedades cardiovasculares. Pero más importante aún es la importancia que va a tener. Estamos en las puertas de una verdadera revolución en las ciencias de la vida y la biomedicina.

P. ¿Cómo debería organizarse ese entorno científico?

R.Todavía queda mucho por discutir pero, en esencia, sería generar tres o cuatro institutos de primer nivel, a los cuales se añadiría un destacamento de la industria y unas infraestructuras generales básicas. Asimismo, cuatro o cinco grandes plataformas científicas de alta tecnología y un programa de formación de excelencia predoctoral y otro de acogida posdoctoral de investigadores españoles en el extranjero.

P. ¿Qué líneas de investigación se potenciarían?

R. La primera en ponerse en marcha, como consta en el preacuerdo, sería biología del desarrollo; las otras habría que pensarlas de acuerdo con las grandes tendencias de la biomedicina internacionales.

P. ¿Por qué es tan importante potenciar la biología del desarrollo?

R. Porque, a largo plazo, pretende explicar, por ejemplo, cómo se forma un corazón o cómo se regeneran los tejidos. Si alguien se corta un dedo, éste no se regenera. En cambio, a una lagartija le cortas un miembro y al cabo de un tiempo crece otro. En mi instituto acabamos de descubrir un gen capaz de inducir la formación de una extremidad. A diferencia de otros que ya habíamos descubierto, en los vertebrados superiores este gen sólo es activo en células que mucho después darán lugar a la extremidad y deja de serlo cuando la extremidad empieza a desarrollarse. En otros animales como el axolote este gen es activo siempre. La hipótesis que barajamos es que tener ese gen activo permite al axolote regenerar un miembro, mientras que en humanos, ratones o pollos se desactiva muy temprano. Si logramos mantener esos genes on podríamos inducir la regeneración.

P. Si eso es así debería reescribirse parte de la medicina actual.

R. Ciertamente de confirmarse esta hipótesis las implicaciones biomédicas serían extraordinarias, no sólo en lo que se refiere a amputaciones de las extremidades sino también a la regeneración de cualquier órgano. Si nuestra hipótesis es cierta, en muy poco tiempo es posible que encontremos otros genes implicados en la regeneracion del hígado, del corazón o de los pulmones..

P. Ese tipo de investigaciones jamás se ha planteado en España.

R. Conceptualmente sí se ha planteado, pero simepre con escasez de medios. La biología ha dejado de ser una ciencia de cocina, de estar por casa. Se ha convertido en algo fundamental. Y hay que poner los medios para estar al nivel que exige.

P. ¿Y cree que alguien va a tomarse esa propuesta en serio?

R. El Ministerio de Ciencia y Tecnología es el ministerio de futuro del Gobierno español. No sólo del futuro científico sino que me atrevería a decir del futuro económico de nuestro país. Tanto mi impresion como la de Massagué es que el equipo que dirige este ministerio tiene el talento y la visión para materializar ese futuro. Si esta actitud positiva se lleva a la práctica, yo estaría dispuesto a volver a España y trabajar en esta idea al 110%.

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