Los funcionarios se echan a las calles de México y piden una paga a Zedillo

Los burócratas mexicanos tomaron ayer las calles de Ciudad de México en una abierta rebelión contra el presidente, Ernesto Zedillo, a quien reprochan la eliminación del bono sexenal, la paga extraordinaria abonada por los sucesivos presidentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para gratificar al término de su mandato la sumisión de 1,6 millones de funcionarios federales. Decenas de miles reclamaron a gritos en todo México ese dinero, pese a que su desembolso fue expresamente anulado en los presupuestos del Estado al comienzo de la actual Administración.Los sindicatos verticales, que durante 71 años rindieron pleitesía a los sucesivos gobiernos del PRI, derrotado en las elecciones presidenciales del 2 de julio, acometen en los 32 Estados de la República un proceso de forjamiento de la nueva identidad y de la nueva estrategia a seguir durante la Administración entrante, encabezada por Vicente Fox y el conservador Partido Acción Nacional (PAN). En ese sentido, la reclamación de la paga constituye una eficaz argamasa. Hace cinco días, un grupo de burócratas irrumpió en un acto presidido por Zedillo y le exigió de malos modos que cumpliera con la tradición.

Esa tradición, la ausencia de protesta y huelgas a cambio de asistencialismo y tolerancia a la corrupción de la jefatura sindical, convirtió a los funcionarios en "una epecie de pordioseros que ahora reclaman ese dinero por haber sido leales al Gobierno", según dice el periodista Raymundo Riva Palacio. "El corporativismo, con fuertes heridas de muerte desde hace casi una década, parece querer revivir". El bono sexenal, establecido durante los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, que obligaría a una partida cercana a los 500 millones de dólares (10.000 millones de pesetas), benefició fundamentalmente a los funcionarios altos y medios, con salarios que oscilan entre los 2.600 y los más de 8.000 dólares, en un país con la mayoría de sus cien millones de habitantes cobran apenas 500 dólares.