Un sueño ahogado en barro
Hallado el cadáver del niño ecuatoriano desaparecido el domingo arrastrado por un torrente
Los anhelos de la familia de Luis García Párraga, un inmigrante ecuatoriano de 26 años residente en Lorca (Murcia), se ahogaron en la rambla de la pedanía de Ramonete el pasado fin de semana. La crecida de las aguas y el exceso de confianza se combinaron fatalmente. Trataba de atravesar con su coche, un Renault 21, una de las cientos de torrenteras que el pasado domingo empezaban a recoger las aguas caídas durante la madrugada, más de 60 litros por metro cuadrado en menos de una hora. Pero un repentino golpe de piedras y lodo arrastró su coche hasta chocar contra un poste de la luz."De repente, todo se llenó de agua, no sé cómo ni por dónde salí de allí. Me arrastró hasta que pude agarrarme a unas piedras. Cuando miré, apenas alcancé a ver cómo el torrente se llevaba a mi mujer", recordaba ayer Luis.
El cuerpo de su esposa, Carmen Cansiont Zambrano, de 27 años, fue hallado tres horas después enterrado entre maleza y barro. El de su hijo, Luis Alexander, de dos, fue encontrado en la tarde de ayer en la misma rambla de Ramonete, donde desapareció, a unos 20 centímetros de la superficie, después de que el pasado miércoles los equipos de rastreo localizaran su cédula ecuatoriana de ciudadanía. El cuerpo estaba a dos kilómetros del lugar donde fue a parar el coche y a tres de la zona donde se halló el cadáver de su madre.
La familia García Cansiont regresaba a su domicilio, en Puntas de Calnegre, después de pasar la noche en casa de unos amigos, unos compatriotas con los que iban a cenar. El pequeño se había quedado dormido y la tormenta arreciaba de forma violenta. Prefirieron esperar a que amaneciera para volver a su hogar.
A primera hora del día, aprovechando que la lluvia daba una tregua, emprendieron viaje, atravesando grandes charcos y pequeñas corrientes de agua. Luis asegura que un coche que les precedía logró cruzar la rambla de Los Gurruchales, un ramblizo entre los barrancos de los Romanos y del Duro. Él intentó hacer lo mismo con su vehículo, que no pudo resistir la embestida del torrente. Carmen y Luis Alexander desaparecieron.
El único empeño de Luis en estos momentos es devolver a los suyos a Ecuador para que descansen en paz, y en cuanto pueda, regresar a España para hacer realidad lo que ahora las aguas le han arrebatado: el sueño de reunir el suficiente dinero como para instalar un pequeño negocio en su país de origen.
Ayer se conoció que el delegado del Gobierno en Murcia, José Joaquín Peñarrubia, le concedía, "atendiendo a razones de tipo humanitario", la exención del visado, lo que le permitirá obtener el permiso de residencia y la tarjeta de trabajo que durante año y medio había demandado sin éxito.
Luis vino hace año y medio a España, desde su ciudad natal de Guayaquil (Ecuador), al encuentro de su esposa, que unos meses antes había recalado en Lorca como muchos otros compatriotas.
Desde el pasado verano ocupaban una casa que la actriz Margarita Lozano les había cedido en Puntas de Calnegre, un pequeño núcleo rural de la costa lorquina que va camino de ser declarado parque natural. Carmen atendía la casa y acompañaba a la actriz durante sus estancias de descanso en su tierra natal.
Luis, un hombre de complexión fuerte, se encargaba de los cuidados del jardín, que alternaba con trabajos esporádicos en la agricultura. La familia se completó el pasado 20 de junio, cuando llegó a España el pequeño Luis Alexander. Se sentían afortunados, con casa propia y trabajo. En unos años, reunido el dinero suficiente, podrían volver a su país para montar un pequeño negocio. Carmen dejaba atrás el empleo en un banco, y Luis, un trabajo como comercial de relojería. Ahora, viudo y solo, no piensa más que en regresar a su país con los cuerpos de su esposa y su hijo, algo que podrá hacer gracias a las ayudas económicas de compatriotas y de la Administración. Pero Luis mantiene su empeño de cumplir su sueño de inmigrante y asegura que volverá a España.
Por otra parte, los equipos de rescate continuaban ayer la búsqueda de María Rodríguez, de 37 años, que desapareció el pasado lunes cuando su coche fue arrastrado por el caudal de la rambla de Benipila, en Cartagena.
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