General Electric cierra la compra de Honeywell por 8,5 billones de pesetas
General Electric (GE), la compañía más grande del mundo por valor bursátil (110 billones de pesetas), aún es capaz de moverse con la agilidad de un pequeño negocio electrónico. Lo ha demostrado este fin de semana, al anticiparse a United Technologies en la compra de Honeywell. El viernes, Honeywell parecía en manos de United Technologies. Tras el fin de semana, quien se la queda es General Electric. Wall Street conoció ayer los detalles de la operación, que costará a GE 44.000 millones de dólares, unos 8,5 billones de pesetas.
GE, un monstruo de la vieja economía, parece incapaz de equivocarse. A pesar de su enorme valor en bolsa (530.000 millones de dólares, más de 100 billones de pesetas) y de la diversidad de sus operaciones (desde la aeronáutica a las cadenas de televisión como NBC, la industria química, la construcción de centrales de energía o los pequeños electrodomésticos), funciona como un motor bien afinado. Sus acciones son casi reverenciadas en la Bolsa de Nueva York. Y ayer, tanto GE como su carismático presidente, Jack Welch, recibieron de nuevo el beneplácito de los inversores por la compra de Honeywell.Los accionistas se mostraron satisfechos. "Desde el punto de vista de los propietarios de bonos de Honeywell, la compra por United Technologies habría estado bien", escribió Carol Levenson, director de un servicio de información electrónica para inversores institucionales. "Pero la compra por GE", añadió, "es como morirse y encontrarse de pronto en el paraíso de los bonos". Las acciones de GE perdían ayer en Wall Street más de un 5% y las de Honeywell avanzaban más de un 8% a media sesión.
Los directivos de Honeywell estaban reunidos el viernes, para aprobar su fusión con United Technologies, cuando recibieron una llamada telefónica de Welch. Si United pagaba 50,32 dólares por cada acción de Honeywell, anunció Welch, GE ofrecía 55,39, con una prima del 17% sobre la cotización del viernes, ya ligeramente hinchada por las noticias sobre United y los rumores sobre un posible interés de GE. El gran gigante de la bolsa estadounidense estaba dispuesto, además, a asumir 3.000 millones de dólares de la deuda de Honeywell. Welch se ofreció a volar en helicóptero hasta la sede de Honeywell, en Morristown (Nueva York), para negociar personalmente los detalles. El acuerdo quedó firmado al día siguiente.
Welch prorroga su mandato
Honeywell y United encajaban bien. Era una fusión casi entre iguales, centrada en la tecnología aeronáutica. Pero, a juicio de los analistas, GE y Honeywell encajan aún mejor. Honeywell está especializada en construir aviones para uso privado y en la fabricación de componentes aeronáuticos; GE es fuerte en el sector de la aeronáutica comercial y en la construcción de aviones de gran tamaño. Ambas tienen una fuerte presencia en Internet y utilizan el mismo sistema de gestión interna. Aunque la sede central de Honeywell, con 500 empleados, será cerrada, se prevén pocos despidos como consecuencia de la operación. GE, con unos ingresos netos de 10.700 millones de dólares (más de dos billones de pesetas) en 1999, tiene 340.000 empleados. Honeywell tiene 120.000 empleados.El precio no se considera caro. Los 44.000 millones de dólares no son más que 18 veces los beneficios de Honeywell en el ejercicio, una relación más favorable que en la mayoría de las megafusiones de los últimos años. Una de las consecuencias colaterales de la compra de Honeywell consiste en que Jack Welch, que cumplirá 65 años el mes próximo y que debía jubilarse en abril de 2001 que viene, permanecerá un año más al frente de GE para velar por la operación. Ha sido una exigencia de los inversores institucionales, que consideran a Welch una garantía de éxito.
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