El Vaticano prepara la sustitución del cardenal de Nápoles en 2001
La prensa italiana cree que Giordano ya lo sabe
El arzobispo de Nápoles, Michele Giordano, envuelto en un escandaloso episodio de usura y acusado de apropiación indebida y falsificación de balances por la fiscalía de la ciudad, podría ser alejado de la diócesis que hoy preside a principios del 2001, según la prensa italiana. Los intensos rumores de traslado no han sido confirmados por el Vaticano que tampoco los ha desmentido con especial energía. Las hipótesis que se baraja es que el interesado habría recibido ya una carta del Prefecto de la Congregación de los Obispos, Giovanni Battista Re, en la que se le adelanta su cese al frente de la diócesis de Nápoles en la que será sustituido, según las mismas fuentes, por el actual arzobispo de Siracusa, Giuseppe Costanzo, de 67 años de edad. Costanzo se ha declarado sorprendido por la filtración, y asegura desconocer absolutamente el tema. Tampoco la Curia de Nápoles ha ofrecido aclaración alguna.
Lo cierto es que el "caso Giordano" ha sido visto con enorme disgusto en Vaticano donde se espera con inquietud la decisión del juez de la investigación preliminar que estudia, desde mayo pasado, si las acusaciones contra el arzobispo de Nápoles son lo bastante serias como para procesarle en el caso de usura en el que está envuelto el hermano del cardenal, Mario Lucio Giordano y el antiguo director de la sucursal del Banco de Nápoles en el pueblo de ambos, Sant´Angelo. La fiscalía acusa al cardenal Giordano de haber "financiado" el negocio de usura del hermano con aportaciones de más de 80 millones de pesetas. Dinero obtenido, en algunos casos, con la venta de inmuebles de la Curia. El cardenal ha rechazado las acusaciones de complicidad en la usura y asegura que se limitó a prestar dinero a su hermano porque atravesaba dificultades económicas.
Las operaciones realizadas por la Curia son motivo de otra investigación judicial en la propia ciudad de Nápoles. En este segundo filón investigativo, se pone en entredicho la legalidad de algunas compras de inmuebles por parte de la Curia de Nápoles que, según los fiscales, habría comprado a un precio más alto del registrado en los documentos de adquisición. Según los investigadores, se podría además haber utilizado el dinero de las limosnas de los parroquianos. Fiel a su política de discreción, la Santa Sede no hará ningún cambio hasta que no finalice el Año del Jubileo, a primeros de enero próximo.
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