Ortega supera el informe de gestión con un 65% entre el aplauso de los suyos y el plante de los críticos
El candidato oficial del congreso del PA y secretario general, Antonio Ortega, superó ayer el informe de gestión con un 65% de los votos de los delegados (315 de 485 que estaban en la sala) entre los aplausos de los suyos y los abucheos y vocinglería de las críticos de Mayoría por el Cambio (Mar Calderón) y Nuevo Andalucismo (Antonio Moreno). Las intervenciones fueron interrumpidas con gritos y pateos. Los renovadores abandonaron el plenario al no coincidir sus cuentas sobre la votación. La exposición de Ortega fue en realidad la presentación de su candidatura, con fuertes ataques a Pedro Pacheco.
El resultado de este primer trámite es el punto de inflexión para los eventuales acuerdos, que podrían cerrarse hoy. El alcalde de San Fernando, Antonio Moreno (Nuevo Andalucismo), el apoyo más disputado, dará la clave. Legendario enemigo de Pedro Pacheco, el regidor isleño fue a visitarle en la alcaldía de Jerez la semana pasada para exponer sus peticiones. Según fuentes de Mayoría por el Cambio, opción que respalda Pacheco, Moreno quiere ser el candidato de una lista única de críticos. Su solicitud está muy lejos de lo que está dispuesto a asumir esta corriente, que trabaja para ofrecer otras contrapartidas. El sector pachequista juega con la ventaja de que más de la mitad de los apoyos de Moreno -los que pertenecen a Julián Álvarez, alcalde de Écija- repelen un posible pacto con Ortega y Alejandro Rojas-Marcos, presidente del partido. El secretario general saliente explicó su informe de gestión, que fue más una presentación de candidatura que un balance de los últimos cuatro años. Entre las cifras del aumento de militancia y de votos en las elecciones, predominaron las cargas de profundidad a Pacheco y las llamadas al apoyo de su opción, que apodó con el sobrenombre de "andalucismo responsable".
Ortega advirtió de que un congreso no es un foro para el escándalo, el desorden y el deterioro de la imagen del PA o un ajuste de cuentas y pidió el respaldo para la gestión de su equipo. Con la ayuda de la proyección de transparencias, que sólo se podían avistar desde las primeras filas, el secretario general saliente destacó, entre otros "logros", la modernización de partido, "con un nuevo diseño de carnés, boletines del grupo parlamentario autonómico, europeo y el Congreso, una página web y un periódico digital. También resaltó el estado de las finanzas: se han pagado sin problemas 60 millones a proveedores y entidades bancarias, y en este momento no hay ninguna deuda. "No hay que olvidar que ahora tenemos sedes, y antes nos teníamos que reunir en bares y cafeterías".
En referencia a sus opositores, afirmó que el PA no quiere ser bisagra ni "pivot", y recordó que de un partido "socialmente quebrado" en 1996 se ha pasado a una fuerza "respetada". "De la UVI al Gobierno", proclamó. La renovación, según dijo, ha sido una de las claves de su mandato, ya que Pedro Pacheco ya no es el portavoz en el Parlamento andaluz, si no José Clavo, que ha dejado la alcaldía de Cabra (Córdoba) para dedicarse de lleno a la Cámara autonómica. "¿No es éste otro partido?", se preguntó retóricamente, "¿No ha cambiado?". Y se respondió: "Se trata del cambio ordenado, y no del que se asienta en la ruina".
Sobre las elecciones andaluzas del 12 de marzo, el comienzo de la espectacular pelea que se dirimirá el domingo, pasó casi de puntillas, y sólo se detuvo para acusar a Pacheco, aunque sin nombrarlo, de haber infligido un daño irreparable a la imagen andalucista con una catarata de "calumnias". Llegó a decir que, si en la noche electoral -cuando Pacheco denunció que él había torpedeado su campaña como candidato a la Junta para sacar ventaja en el congreso que se avecinaba- los votantes del PA hubieran podido retirar su voto, lo hubiesen hecho. La frase recibió una larga ovación. En la misma línea, enfatizó que el equipo que presenta en su candidatura es el "mejor posible" y que no le interesa hablar de modelos de partido, sino de "partido modelo, que no un sea vasallo a las órdenes de un líder carismático".
Los oradores que dieron la réplica criticaron duramente a Ortega y le reprocharon su mercantilismo y el continuismo de la dirección, que tiene los mismos dirigentes que hace 35 años. Algunos pidieron a Rojas-Marcos, a quien culparon de todos los males, que bajara del estrado.
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