"Reivindico mi función creadora, sin pensar cómo se venderá"
Hay muchos artistas que viven prisioneros de su éxito. A veces son conscientes de ello y lo explotan; otras no, pero también lo explotan. En el caso de los artistas plásticos encontrar un lenguaje que funcione puede ser un arma de doble filo. Es tan difícil que el hallazgo impide continuar con la búsqueda y se limitan a producir variaciones sobre el mismo tema. Javier Velasco no corre ese peligro. El artista, nacido en La Línea de la Concepción (Cádiz) hace 37 años y formado en Sevilla, es una permanente caja de sorpresas como demuestra su exposición que, hasta el día 11 de noviembre, puede verse en la galería Cavecanem de Sevilla. Apenas tiene éxito con una idea, la arrumba, investiga con otro material y otras formas.Pregunta. ¿Cómo se las arregla para utilizar tantos materiales y lenguajes distintos?
Respuesta. Mis obras siempre nacen de una idea abierta, sin limitaciones. Parto del concepto y parece que es la versatilidad de materiales como el cristal, el látex, la resina o la fotografía los que me van pidiendo que los use. Cualquier cosa tiene poder de expresión.
P. En sus últimas obras, que adquirieron museos e instituciones en la última edición de la feria de Arco en Madrid, no hay pintura. ¿Ha dejado la paleta?
R. Sigo siendo pintor, pero sin pinceles. Mi concepto del color, la luz y la composición es el mismo, sólo que he cambiado de materiales. En lugar de óleo utilizo ahora más fotografía, hago performances o cuadros con cristal.
P. Desde 1993, cuando presentó en Sevilla la exposición Error genético, sus investigaciones giran en torno al cuerpo...
R. Partiendo del cuerpo reivindico dos cosas. Una es el derecho a la diferencia, lo que constituyó el inicio de toda esta producción, y otra es la contemplación del cuerpo como un vehículo que sirve para relacionarse con el mundo, con lo que hay fuera.
P. ¿Por qué esa obsesión con las huellas de la piel que le ha llevado a crear un guardarropa de pieles de látex?
R. He querido congelar un momento único de cada persona, los donantes como yo los llamo, que tiene que ver con el paso del tiempo.
P. ¿Cuál es ahora su material preferido?
R. Los video-fotogramas me resultan muy interesantes. Escojo un fragmento de vídeo, lo digitalizo y lo convierto en fotografía. Es el proceso que he utilizado en la instalación Gest-Acción, en la que a través de 39 de estas imágenes muestro el proceso de un embarazo.
P. ¿No teme que piezas como estas se queden colgadas, sin compradores?
R. En literatura el escritor puede permitirse el lujo de crear mundos nuevos, no existen limitaciones. Sin embargo, en el arte hay que vender; yo reivindico mi función creadora, sin pensar cómo se colocará después.
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