La OMS considera la vacuna como la mejor terapia para la alergia

La vacuna contra la alergia existe. Y está probada su eficacia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) avala su utilización como el medio más eficaz para reducirla. El problema es que sólo un número insignificante de andaluces, entre el millón y medio que padece esta enfermedad, se vacuna. Las causas son múltiples. La primera es que este tipo de pacientes quiere soluciones rápidas para acabar con los síntomas, algo que, si decidiesen optar por la vacuna, no sería posible pues ésta requiere entre tres y cinco años de tratamiento ininterrumpido.Tampoco la industria farmacéutica ayuda a su implantación. Todos los días salen al mercado fármacos nuevos con efectos terapéuticos inmediatos sobre el asma, la rinitis (continuos estornudos) y para tratar las reacciones extrañas en la piel. Y aunque es cierto que alivian momentáneamente los síntomas, no lo es menos que tienen, en la mayoría de los casos, importantes efectos secundarios.

Los propios médicos de familia, pediatras y especialistas se declaran "confusos" ante la demanda, por parte de estos pacientes, de una solución urgente. La realidad es que los facultativos no se atreven (por múltiples razones, algunas ya dichas) a hacer esperar al enfermo, casi siempre más de un año, hasta que pueda ver al alergólogo.

Las listas de espera para atender esta patología superan la media de un año en todo el territorio andaluz. Si la OMS recomienda un alergólogo por cada 50.000 habitantes, en Andalucía el porcentaje baja a 0,74 y, en España, a 0,29.

Tampoco la Administración facilita las cosas. El reconocido incremento de esta enfermedad -los tratamientos antihistamínicos crecieron según los últimos datos conocidos de 1998 un 23% respecto a 1997- no va parejo con el aumento de profesionales dedicados a tratarla. Ante esto, los médicos de cabecera que tratan a los niños con asma, por ejemplo, lo que hacen es derivarlos al neumólogo (especialista en pulmón). Y éste, a la postre, puede que los trate de unos síntomas que, en ningún caso, considere de origen alérgico.

Así las cosas, hace dos años un grupo de expertos compuesto por médicos de distintas especialidades, formaron el equipo Incus, cuyo principal objetivo es difundir entre la población y los médicos el documento de la OMS que apoya el empleo de vacunas para curar las alergias.

La alergia es una enfermedad hereditaria, si bien los factores ambientales y los hábitos de vida influyen decisivamente para su aparición y posterior desarrollo. Se calcula que un padre y una madre alérgicos tienen un 70% de posibilidades de transmitirle la enfermedad a sus hijos; pero, sí sólo uno de los cónyuges lo fuera, este porcentaje se reduciría a la mitad. La realidad es que sólo el 7% de los alérgicos carecen de antecedentes familiares.

En Andalucía, uno de cada cuatro niños tiene alergia, y un 10% es asmático, lo que convierte a esta enfermedad, que es crónica, en la más frecuente en la infancia. El abundante polen del olivo, entre otros, es una de las causas de que esto sea así.

Según el alergólogo Jenaro Hernández, miembro del equipo Incus, "la vacuna contra la alergia constituye el único tratamiento capaz de alterar el curso natural de la enfermedad alérgica, favoreciendo con ello la remisión de la misma, y, en muchos casos, ayudando a prevenirla".