Un barrio que vive una 'mala racha' desde hace una semana

Muestras de alimentos

Cuando la muerte llega a hurtadillas, sin previo anuncio, y de una forma tan demoledora como lo hizo ayer en el barrio de San Blas, nadie es capaz de encontrar una explicación. Y, cuando no hay explicación, surgen los comentarios sin fundamento, los rumores y las conjeturas más descabelladas. Quizá sólo así sea entendible el cúmulo de especulaciones que se desataron entre el vecindario arremolinado en la calle de los Gremios.La gente se resistía a aceptar que el gas -¿el gas?- hubiera sido el causante de las cinco muertes, sin que ninguna de las víctimas le hubiera ofrecido la menor resistencia. Así que, puestos a buscar explicaciones a lo inexplicable -porque ni el concejal del distrito ni ninguna otra autoridad se pronunciaba con claridad- hubo quien sugirió que podría ser un suicidio colectivo. Y otro, puesto a imaginar, especuló con una tragedia causada por posibles desavenencias conyugales. Y un tercero fue más allá y hasta comentó que al matrimonio le iban a quitar la custodia de los niños.

Todo falso. Los vecinos y las personas más próximas a la familia insistían hasta la saciedad en que los Herrero-José eran "una familia estupenda", que "el matrimonio se llevaba maravillosamente" y que "no había el menor problema con sus hijos". Hasta el alcalde, José María Álvarez del Manzano, aseguró que no tenían la menor base los rumores que indicaban que iba a ser retirada la patria potestad de sus hijos al matrimonio.

El regidor, tras lamentar el suceso, puso de manifiesto que se trataba de una familia "perfectamente normal y querida entre los vecinos". Y añadió que si no se desplazaba al lugar del drama era porque esta vez no había otras personas afectadas que necesitaran la ayuda y el respaldo del Ayuntamiento.

El concejal del distrito de San Blas, José Fernández Bonet, también afirmó que los fallecidos formaban una familia "perfectamente estructurada y muy apreciada en el barrio, por lo que no parece haber ningún indicio que pueda llevar a pensar que tuviera algún problema".

Los investigadores policiales tienen la convicción de que el fallecimiento del matrimonio y sus tres hijos se debió al monóxido de carbono. Pese a todo, el juez de Instrucción número 10 ordenó la recogida de 15 muestras de los alimentos consumidos en la última cena de la familia, a fin de descartar que en alguno de ellos estuviera la causa del drama. Además, el juez ha dispuesto que un perito ajeno a la empresa Repsol realice un examen de la vivienda y haga un dictamen sobre la instalación de gas.Quizá todos los rumores obedecieran a la mala racha que vive el barrio desde hace una semana, justo cuando un niño murió por el envenenamiento que le produjeron los fármacos y la metadona que le administró su madre contra el dolor de muelas. Para más inri, ayer, horas después del drama de la calle de los Gremios, un octogenario se quitó la vida en el mismo barrio.