Aznar dice que "las posturas inmovilistas" son un riesgo para la protección social

El presidente del Gobierno, José María Aznar, instó ayer a los agentes sociales a alcanzar un gran acuerdo sobre pensiones para asegurar su viabilidad futura. También les advirtió de que "las posturas inmovilistas y anquilosadas son un auténtico riesgo para la protección social". Un llamamiento que hizo extensivo a la introducción de cambios en el mercado laboral ya que, a su juicio, "para obtener más empleo necesitamos más reformas".Aznar aprovechó la inauguración del seminario internacional organizado por el Ministerio de Trabajo para celebrar el primer centenario de la Seguridad Social para trazar los objetivos que el Gobierno considera esenciales en el actual proceso de diálogo social. Una oportunidad que cree que se ha de aprovechar para enfrentarse a los retos que tiene planteados la sociedad "sin esconder la cabeza y sin dejar pasar el tiempo".

El presidente del Gobierno fue muy preciso al asegurar que uno de esos retos es asegurar la viabilidad de las pensiones futuras y para ello un elemento esencial a tener en cuenta es el envejecimiento paulatino de la población. "Somos el quinto país europeo con más personas mayores de 65 años", dijo. La solución que él expuso y que viene defendiendo desde las elecciones generales de marzo es adoptar "fórmulas flexibles graduales y voluntarias de alargar la vida laboral". Ese retraso de la edad de jubilación o de prolongación de la vida activa debe abordarse manteniendo a las personas mayores de 65 años en el puesto de trabajo, bien sea a jornada completa o parcial.

El presidente del Gobierno propuso también la aprobación de medidas contra las prejubilaciones y de esta forma "romper el mito de la edad" y la creencia de que "los trabajadores mayores de 50 años no tienen capacidad de aprender" para adaptarse a nuevas realidades.

Sobre el mercado laboral, Aznar apuntó la urgencia de "abordar más reformas para obtener más empleo", porque considera agotados los cambios introducidos en los acuerdos de 1997. Aunque precisó que su labor no es hablar sobre los contenidos de un nuevo pacto ni proponer vías concretas a la patronal y los sindicatos, sí aseguró que el ejemplo de hace tres años sirvió como prueba de "una enorme madurez" al haber abandonado los agentes sociales "los prejuicios" y haber apostado por un consenso en favor del empleo de más calidad que él considera un éxito.