Reunión en Biarritz

Si la crisis de Oriente Próximo y la inestabilidad de Yugoslavia dejan algo de tiempo, los dirigentes de la Unión Europea deben haber discutido sobre la reforma institucional y sobre su visión de futuro a largo plazo en su reunión en el casino de Biarritz. Este debate es importante y debe hacerse sin prisas. No debería convertirse en una excusa para detener el reloj de las reformas la necesidad de abrir las puertas del club a nuevos miembros del este y sur de Europa. El presidente francés Jacques Chirac (...) ya ha dejado claro que desea un planteamiento "ambicioso" en los resultados de la cumbre de Niza del próximo mes de diciembre, (...) pero su problema es que en apariencia, los resultados van a ser muy modestos. (...) La idea de tener una Comisión de 20 miembros es sensata, por encima de cualquier otra consideración. No sólo haría más eficaz a la Comisión, sino que además rompería la insidiosa "posesión" nacional de los puestos en dicho organismo. Pero la mayoría de los países miembros, tanto grandes como pequeños, no está por la labor de abandonar las banderas nacionales al sentarse en la Comisión. (...) La posibilidad de que lo que resulte de la reunión de Niza sea modesto y el escaso gusto de los líderes europeos por discutir los asuntos de detalle llevará a que los líderes europeos quieran pasar la mayor parte del tiempo discutiendo sobre las grandes ideas para el futuro. (...) Hay un peligro cierto de que se demore el proceso de ampliación. (...) Europa necesita una pausa para reflexionar, pero no una interminable ronda de debates constitucionales. 13 de octubre