J. Joaquín Ripoll
José Joaquin Ripoll, vicepresidente del Consell, hubo de afrontar el pasado día 9 la ardua papeleta de leer en valenciano los decretos de la Generalitat mediante los que se otorgaban las altas distinciones. No obstante tratarse de unos textos breves y reiterativos, el consejero evidenció cuán poco familiarizado está con la lengua del país. Y lo más lamentable es que no parece querer enmendarlo, ni siquiera disimularlo ensayando el trámite. A la desidia se le añade el desdén por la lengua. - Diego Macià, ex secretario general de los socialistas ilicitanos y alcalde de la ciudad, cree que las comarcas del sur no están debidamente representadas en los órganos de dirección del PSPV. Y es probable que tenga razón, pero ha de asumir buena parte de la culpa por haberse comportado como una mosquita muerta y un zascandil en la crisis del partido.
Eduardo Zaplana
Eduardo Zaplana, presidente regional del PP, echó en falta que no se hubieran presentado más candidatos en los recientes congresos de su partido en Alicante y Castellón. Insólita declaración después del acoso y mangoneo a que fue sometido Manuel Ortuño, quien quiso disputarle el puesto al alicantino Julio de España y Olé, juez, parte y aparato de esos comicios. - Jesús Rodríguez Marín, rector de la Universidad Miguel Hernández, ha de afrontar una suerte de motín de catedráticos de la Facultad de Medicina que no transigen con los métodos autocráticos de este claustral. Son casi 40 los docentes al borde de la desobediencia y ocho de ellos han firmado un documento en el que, entre otras denuncias, se delata el déficit democrático de ese centro ilicitano, ojito derecho del gobierno autonómico. Y es que lo que mal empieza... Problemas al canto.
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