"Y éstos, ¿por qué me pegan?"
La presunta agresión efectuada por cinco skins contra un inmigrante después del acto fascista de Montjuïc del 12 de octubre puede quedar impune si la policía no localiza en los próximos días a la víctima. Para evitar que esto ocurra, la magistrada Montserrat Comas, que ayer se encontraba de guardia, ordenó a los agentes que realicen todas las gestiones necesarias para encontrar a la supuesta víctima, de origen paquistaní y no magrebí, como se aseguró en un principio.Del agredido no se conoce ningún dato, pero existen testigos de los hechos que pueden ayudar a clarificarlos. Mientras tanto, los cinco acusados de la agresión, de entre 17 y 19 años, ya están en la calle. Cuatro quedaron en libertad tras permanecer unas horas en la Jefatura de Policía y negarse a declarar. El quinto, Fernando Martínez Pérez, de 19 años, pasó ayer a disposición judicial porque la policía encontró en el automóvil que conducía un machete de 25 centímetros y una navaja de 11. De ahí que, además del delito de lesiones que se le imputaba como al resto, se le acusara también de otro delito de tenencia de armas prohibidas.
Miquel Nadal, abogado de Martínez, aseguró ayer que las armas no eran de su cliente, sino del padre, que es un aficionado a la caza y que lleva siempre en el maletero. En el vehículo se halló también un pañuelo con símbolos nazis, una bandera española y una bufanda de las Brigadas Blanquiazules, un grupo de aficionados radicales del RCD Espanyol.
La detención se produjo sobre las 14.30 horas del jueves.Una hora antes, los skins circulaban con ese vehículo por el paseo de Gràcia de Barcelona tras haber participado en el acto convocado por Falange Española Independiente en Montjuïc. A la altura del número 53, dos de ellos bajaron a comprar tabaco y se encontraron al paquistaní, quien desde hace seis meses se pone junto a un quiosco para vender corbatas de manera ambulante.
Sin mediar palabra, explica el dependiente del quiosco, que pide el anonimato, "los dos pelados empezaron a pegarle patadas y puñetazos". La gente que pasaba por la zona increpó a los skins y éstos acabaron por marcharse a toda prisa. Una chica que vio lo ocurrido llamó a la policía y dio la matrícula del automóvil. El testigo del quiosco explica que la agresión no fue grave y no era necesario atender a la víctima en un hospital.
Fernando Martínez negó ante la juez su participación en los hechos y negó que fuese racista, aunque luego dijo que si la víctima "hubiera sido una persona normal", sus amigos habrían actuado igual. La juez le preguntó entonces qué quería decir "normal" y respondió que "español".
El dependiente del quiosco explica: "El hombre no entendía nada y me preguntó: 'Y éstos, ¿por qué me han pegado". El testigo le explicó el significado de la palabra racismo.
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