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FÚTBOL Fase de clasificación para el Mundial 2002

Raúl no sale del bache

El madridista, que sigue lejos de su mejor forma, no dejó ninguna acción para el recuerdo

Marcó Baraja el gol del empate y el primero que llegó al balón, que ya descansaba en la red, fue Raúl, que lo colocó bajo su brazo y corrió presto hacia el centro del campo, como si el partido estuviera a punto de acabar, como si el reloj obligara a España a no desperdiciar un sólo minuto. Decía Raúl en la víspera que afrontaría el choque ante Austria igual que afronta todos, "como si del último partido se tratara". Y así lo hizo, pero sin fantasía, sin chispa. Entre tinieblas sigue Raúl, que no sale del bache.Sus números en el partido hablan de dos disparos que salieron fuera, dos envíos al área -uno de los cuáles acabó en remate-, cuatro balones recuperados y dos perdidos. Nada digno de mención, nada para el recuerdo. Cierto que se ofreció en todo momento y que contactó muchas veces con el balón, casi siempre en el centro del campo. Incluso cubrió en varias ocasiones, sobre todo en la primera parte, la franja izquierda, donde Víctor apenas tuvo presencia. Se le vio perseguir por allí, hasta el área propia, a Cerny y Stranzl. Pero más allá del talante, de su sacrificio en aspectos como la recuperación del balón, poco más se puede elogiar en su actuación.

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Otro punto sin brillo
Más experimentos en la izquierda

Habitual destinatario de los pases de largo de Hierro, de uno de ellos pudo sacar algún fruto, cuando se vio en el área rival con dos defensas, a los que a punto estuvo de desequilibrar con un regate, antes de que un rival le sacara el balón desde el suelo. Corría el minuto 17 y aquella fue su primera aparición significativa en ataque.

En la segunda parte volvió a dejarse ver. En un centro de Sergi desde la derecha empujó con enorme disimulo a un defensa, sin que el árbitro le viera, y el balón cayó en sus dominios. Pero le llegó a su pierna derecha y su disparo se fue arriba. Poco después volvió a intentarlo, esta vez tras un envío de Mendieta y esta vez con su pierna izquierda. Recibió el balón por detrás del punto de penalti pero colocó mal el lanzamiento que se fue, de nuevo, arriba. Esos fueron sus dos únicos disparos en los noventa minutos, una faceta en la que el jugador español más certero fue, con diferencia, Baraja, que lanzó cuatro veces a puerta, de las que una se fue dentro, otra al poste y otras dos encontraron al portero.

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