El adiós de Joxe Ripiau

A mediados de los noventa, no hace tanto, editaron su primer elepé. Se llamaba Positive bomb. Ellos llegaban de Irún (Guipúzcoa), y eran, son aún, los hermanos Muguruza, Íñigo, compañero de aventuras de Fermín, y Javier, uno de los talentos de la canción de autor euskaldún. Simultaneando sus proyectos con la nueva idea a la que habían dado forma, los Muguruza iniciaron la andadura de Joxe Ripiau. Se trataba de unir bajo el manto del euskera la savia de ska que desde siempre había alimentado a Íñigo con los sonidos tropicales del Caribe. Así, Joxe Ripiau unía cumbia, ska, euskera y letras no tópicas bajo el manto de la música festiva de su nuevo grupo, una banda con semibatería, trombón, bajo y acordeón como elementos distintivos. La mecha prendió en el público, muy especialmente en el catalán, y Joxe Ripiau comenzó una andadura que ya desde el inico tenía fecha de caducidad. Ésta se hizo pública tras la edición de su último elepé, Bizitza triste eta ederra, y mañana por la noche (Cotxeres de Sants, 20.30 horas) se celebrará el último concierto de la banda en Cataluña. Será, pues, la despedida de un grupo cuya presencia en Cataluña ha sido el pan nuestro de cada día, por lo que se supone que su adiós se realizará entre multitudes. Para redondear el cartel, las bandas Trimelón de Naranjus y Cheb Balowski formarán parte del ofrecimiento de la noche, una noche mestiza y reivindicativa marcada por el baile. Un concierto idóneo para los amantes de la mixtura, una cita ineludible para los culos que no encuentran asiento en la música que venden las radios.