Demasiados coches

Doce horas del mediodía de cualquier día laborable en el Paseo Germanías de Gandia. Un conductor opta por estacionar su vehículo en doble fila tras efectuar varias vueltas infructuosas a la avenida en busca de un hueco donde aparcar. Imposible. Furgonetas y camiones de reparto se rifan la segunda línea imaginaria. Mientras, la Policía Local intenta descongestionar los coches mal estacionados que colapsan la vía a golpe de multas, y la grúa hace acto de presencia. Esta es la estampa habitual de la principal artería comercial y financiera de la ciudad en las horas punta. Según un estudio realizado en 1995, unos 7.500 vehículos discurrían a diario por el cruce entre la calle Mayor (en la actualidad peatonalizada) y el Paseo Germanías, eje principal del casco antiguo y el que concentra la mayor actividad diaria de la ciudad. Sirva también como dato significativo el número de vehículos y motocicletas censados en la ciudad: 36.779, de los cuales 26.200 son turismos, para una población de 60.000 habitantes. Una media de 1,6 vehículos por persona. Acabar con el impacto del tráfico que a diario circula por el centro histórico y cambiar los hábitos de conducta de los ciudadanos para fomentar sus desplazamientos a pie, son dos objetivos que el departamento de urbanismo de Gandia se ha propuesto conseguir en esta legislatura.Los primeros pasos comenzaron hace un año, con el inicio de las obras de una ronda perimetral, que hará las veces de circunvalación y permitirá unir las barriadas de la periferia y conectarlas, a través de ejes radiales, con el casco antiguo. El presupuesto de la obra asciende a 417 millones de pesetas, financiados en un 70% por el programa europeo EFTA y el 30% restante con fondos municipales. "La apertura de la ronda nos permitirá actuar en el interior de la ciudad y prepararla para un uso más humano, con la reducción de las zonas de tránsito de coches", confía el concejal de urbanismo, el socialista Jeroni Banyuls. Además, el consistorio prevé acabar en breve de consolidar la peatonalización del centro histórico, con el cierre de las calles de Alcalá Olmo, Sant Pascual y la plaza de la Constitución.

Y mientras concluyen estas obras, el Ayuntamiento ha empezado a tomar medidas para actuar en el cambio de conductas de los gandienses a la hora de desplazarse por la ciudad. Desde hace unos días ha entrado en vigor una nueva ordenanza municipal de tránsito orientada a priorizar la movilidad de los viandantes. El Ayuntamiento prohibirá el acceso al casco urbano a vehículos de mercancías que no tengan como punto de destino Gandia, y sólo permitirá la entrada al centro de la ciudad a los camiones que no superen las 3,5 toneladas, y una tonelada para los que quieren cargar o descargar en la zona peatonal. Esta normativa viaria irá acompañada de una campaña de información y educación cívica, orientada a que los ciudadanos eviten usar sus vehículos privados cuando se dirijan al centro urbano.

La ordenanza responde a un estudio que el consistorio encargó a Josep Vicent Boira, profesor de Geografía en la Universidad de Valencia, sobre la percepción de la ciudad y las preferencias de movilidad de los gandienses. El 65,7% de las 2.068 personas encuestadas aseguraba que sus desplazamientos por la ciudad los realizaban a pie, frente a un 27,6% que utilizaba el coche, un 4,2% en motocicletas, y tan sólo un 1% en transporte público. De esta muestra el consistorio dedujo que era posible ganar terreno a los coches y facilitar, mediante modificaciones urbanísticas, la movilidad de los viandantes. "Gandia es una ciudad paradigmática en cuanto a que concentra un alto índice de población en una superficie muy reducida. Ello facilita que los ciudadanos puedan desplazarse a pie", comenta Banyuls. "Hay que crear nuevos comportamientos y generar una nueva ciudad", añade el edil. Convencer a los ciudadanos que a diario utilizan el coche para desplazarse no más de 500 metros, según han constado en más de una ocasión funcionarios municipales, será una tarea ardua.