Lituania eligió Parlamento ayer con la vista puesta en su ingreso en la UE

Los lituanos acudieron ayer a las urnas para elegir Parlamento, por tercera vez desde la independencia respecto de la URSS (hace 10 años), con un ojo puesto en el estómago y el otro en la futura integración en la Unión Europea. Nadie, ni siquiera los ex comunistas del ex presidente Algirdas Brazauskas, cuya victoria parecía segura, cuestionaba esa mirada hacia la UE (y la OTAN), a la que fía su futuro esta antigua república soviética del Báltico de 65.000 kilómetros cuadrados, de 3,7 millones de habitantes.Estaba claro, sin embargo, que la política de rigor económico a que obliga la convergencia con Europa, y que ha obligado a apretarse el cinturón a buena parte de la población de Lituania, iba a costarle muy caro al Gobierno conservador del primer ministro, Andrius Kubilius, cuya estrepitosa derrota se daba ayer por segura.

Pese a las diferencias ideológicas entre los diversos grupos que concurrían a los comicios, las alianzas poselectorales se decidirán probablemente por la vía pragmática.

Con el escrutinio de 536 de los 2.027 distritos electorales, la coalición de Brazauskas obtenía anoche un 32,7% de los votos, mientras que el grupo de nueva creación y de tendencia más centrista, Nueva Unión, que dirige Arturas Palauskas, alcanzaba un poco más del 21%. El primero ha mostrado su disposición a negociar un acuerdo de Gobierno con el segundo. Se esperaban resultados significativos para la pasada madrugada.

Lituania es el país con menor porcentaje de población rusa de los tres bálticos ex soviéticos (por debajo del 8%) y, tal vez por ello, el que tiene mejores relaciones con Moscú, pese a que su independencia se forjó con sangrientos choques con los ocupantes soviéticos en la capital, Vilnius, ya en 1990.