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Vecinos de Lanzarote se manifiestan en contra "de la invasión foránea"

Unos 800 vecinos de Lanzarote se manifestaron ayer en Arrecife contra "la invasión foránea", según se señalaba en una octavilla distribuida por la capital lanzaroteña. La convocatoria fue autorizada por la Administración, ya que en la solicitud no figuraban, según alega el representante del Gobierno en la isla, ninguna de las consignas xenófobas que figuraban en los pasquines repartidos por los convocantes. El premio Nobel de Literatura José Saramago encabezó otra marcha paralela para protestar contra esa "actitud racista".

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La movilización ha contado con el soporte de un gran cantidad de panfletos y carteles, repartidos por Arrecife desde el inicio de la semana, en los que se indica que no se puede "sacrificar" al pueblo canario para salvar "a todos aquéllos que llegan de fuera". En uno de estos pasquines, los convocantes hacen una relación titulada Verdades como puños en la que culpan a los inmigrantes irregulares del deterioro de la isla y aseguran que la llegada de inmigrantes ha provocado la reaparición de enfermedades "ya erradicadas en estas tierras", como la sarna, la lepra o la tuberculosis. Además, indican que la inmigración representa "un auténtico peligro", ya que el Archipiélago canario tiene una superficie limitada "en la que no tiene cabida todo el mundo". Los convocantes de la marcha, la Federación Insular de Asociaciones de Vecinos Titeroygakat, la Confederación Social de Canarias y la Federación Municipal de Asociaciones de Vecinos del Puerto de Arrecife, aseveran también que todos aquellos colectivos "que se hacen llamar humanitarios" se desviven por los inmigrantes (ayer llegaron 32 a Fuerteventura).

cuando "los hijos de esta tierra pasan miserias y calamidades" sin que nadie los atienda. Asimismo, consideran que los canarios están desapareciendo como raza por culpa de "la superpoblación" y "el mestizaje". La convocatoria concluye con un llamamiento: "¡Canario, despierta, que quieren acabar con nuestra tierra!".

La convocatoria de esta manifestación ha suscitado la respuesta enérgica de varias ONG y del Gobierno canario, y una contramanifestación de medio centenar de personas encabezada por José Saramago, residente en la isla, en el otro extremo de la calle Real de Arrecife donde se celebraba la primera.

El consejero canario de Empleo y Asuntos Sociales, Marcial Morales, expresó su rechazo a lo que calificó como "una acción que no representa a la sociedad canaria, que siempre ha sido tolerante". Morales agregó que "ningún Estado democrático debería permitir" concentraciones como las de Arrecife porque, afirmó, "la mezcla es el futuro". "Los canarios ya somos mestizos por lo que pretender instaurar una raza pura es una tontería", dijo.

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José Eugenio Nsue, de Lanzarote Acoge, tachó la movilización de "racista e intolerante". "El problema es que cuando se habla de extranjeros, sólo se habla de los inmigrantes que llegan en patera y no de alemanes ni ingleses", afirma Nsue. Según este portavoz, este tipo de movilizaciones "no se pueden permitir" porque "hoy son manifestaciones, mañana serán otra cosa más grave".

Cáritas Lanzarote, a través de una portavoz, también rechazó la concentración precisando que la misma "puede generar violencia y repulsa contra un colectivo que sólo está de paso" en las islas. Esta organización anunció que ya ha presentado la documentación sobre esta manifestación al Defensor del Pueblo para estudiar qué acciones legales se pueden poner en marcha contra este tipo de movilizaciones. Unas 800 personas, según la Policía Local, acudieron a la manifestación, que se inició a las ocho de la tarde, hora de Canarias. La marcha discurría de forma pacífica, según indicaron fuentes policiales.

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