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MOCIONES DE CENSURA EN EUSKADI

Ibarretxe supera las dos mociones y advierte de que seguirá gobernando "durante meses"

Pedro Gorospe

La votación fue la esperada: 32 a 29, y muy poco ha variado. El Parlamento vasco debatió ayer durante más de 14 horas sendas mociones de censura del PSE y el PP contra Juan José Ibarretxe, presentadas en plena ofensiva de ETA, pero todas las formaciones ofrecieron los mismos argumentos que en anteriores confrontaciones dialécticas. Todo estaba dicho, salvo el aviso del presidente del Gobierno vasco de que, lejos de convocar elecciones anticipadas de forma inmediata, seguirá gobernando "durante los próximos meses".Quedó meridianamente claro que la mayoría de la Cámara -ya sin la presencia de EH- censura al lehendakari aunque sus votos (32 contra 29 en ambas votaciones) no hayan sido suficientes para forzar su dimisión, ya que se requerían 38 votos; pero el esperado debate se convirtió en una mera segunda parte del reciente pleno de Política General, con un nuevo plus de presión, eso sí, sobre el Ejecutivo minoritario de Ibarretxe para que disuelva cuanto antes el Parlamento.

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Ni los argumentos aducidos por PSE-EE y PP en la explicación de sus respectivas iniciativas, ni los discursos de sus candidatos alternativos, ni la autodefensa del Gobierno censurado aportaron argumento alguno sobre lo ya dicho en anteriores sesiones. La única novedad posible era el anuncio de la fecha de elecciones anticipadas, pero Ibarretxe sólo dijo al respecto: "Todavía nos vamos a ver durante meses". "¿Qué quieren?, ¿Qué pretenden? Estén tranquilos, porque les escucharé esta tarde y durante los próximos meses", les advirtió ya de entrada, en una especie de recordatorio de que todavía queda pendiente un pleno para debatir sus propuestas en torno al Estatuto de Gernika. Su discurso vino a sugerir que su partido, el PNV, necesita tiempo para poner en marcha su maquinaria electoral. Y dentro de esa estrategia anunció que convocará una gran manifestación para pedirle a ETA que se disuelva, a la que no puso fecha.

PSE y PP, los virtuales vencedores de las mociones, no consiguieron, pues, que Ibarretxe anunciara su dimisión ni que admitiese la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero visualizaron que ésta es la única opción que le queda, máxime ahora que se ha ido EH de la Cámara.

Los virtuales perdedores del debate, Ibarretxe y su Gobierno, han ganado la continuidad del actual Ejecutivo, pero con la carga adicional de saberse más solos y sin posibilidades de encontrarse con el PSE si no hay, como le exigieron sus portavoces ayer, "un proceso de renovación" en el PNV tras el fracaso del Pacto de Lizarra. A pesar de todo, Ibarretxe dijo desafiante a la oposición: "Ustedes van a perder hoy, no van a ganar. Ustedes van a perder".

El pleno comenzó con solemnidad a la diez de la mañana y a medida que avanzaba los ánimos se iban calentando. A última hora de la tarde Carlos Garaikoetxea (EA) recordó a Nicolás Redondo que fue el número dos de Ricardo García Damborenea, uno de los encarcelados por el caso GAL. A pesar de lo cual los socialistas ejecutaron su partitura sin levantar la voz. Su portavoz, Jesús Eguiguren, hizo una crítica demoledora en torno a la gestión de Ibarretxe en lo que denominó "el bienio más negro" de la democracia vasca.

Mano tendida del PSE

Pese a ello, el PSE tendió la mano al PNV, pero dejando muy claro que los peneuvistas no tienen que confundir voluntad de diálogo con pusilanimidad. "El PNV ha respondido a la presentación de la moción con soberbia. Nos han amenazado con no sé cuantos años de ostracismo. Y en la calle nos amenazan otros, y también a nuestras familias. Le digo que estamos hasta el gorro de amenazas", espetó Eguiguren, el socialista guipuzcoano que ha abanderado tradicionalmente la colaboración con el nacionalismo y que ayer fue implacable. Fue él quien advirtió a los nacionalistas de que tras las próximas elecciones tendrán que volver al Parlamento para investir a un lehendakari y entonces es posible que tengan que tragarse sus palabras de ahora: "Le recuerdo que con resultados electorales similares, usted no podrá ser lehendakari, señor Ibarretxe. No lo será si no busca nuevos apoyos".Los socialistas buscan una catarsis política en el PNV y Eguiguren explicitó lo que quieren de la formación que actualmente lidera Xabier Arzalluz para que haya un entendimiento tras las elecciones: "Hagan ustedes su renovación".

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, reivindicó el "ámbito vasco de decisión" y criticó que "Madrid y París tienen secuestrada la voz del pueblo vasco". Enfadado y convertido en el defensor de las esencias del Pacto de Lizarra, Egibar recordó que la unidad nacionalista es algo lógico. "Parece que PP y PSE-EE se alegran de que hayamos fracasado, porque así se evita que haya una unidad de acción lógica, democrática y política entre nacionalistas".

Frente a este discurso, socialistas y populares volvieron a descalificar la alianza parlamentaria del PNV con EH, y su "acuerdo o preacuerdo" con ETA, en el que la banda y los nacionalistas firmaron que PSE y PP eran "los enemigos políticos". Según ambos grupos, la principal consecuencia de aquella alianza fue la pérdida de libertad para la mitad de la sociedad.

"La falta de libertad es lo importante", criticó el conservador Fernando Maura en la justificación de la moción de censura del PP. "Su tiempo ha pasado ya", le dijo al presidente vasco, porque "además ha protagonizado un retroceso respecto a la anterior legislatura. La rueda del retorno la están marcando sus propios errores. El retorno a todo lo peor de nuestra historia, la división social, la confrontación y la espalda vuelta sobre nuestro futuro. Usted ha confundido gobernar con resistir".

La intervención de los populares no llegó a ser incendiaria, entre otras cosas porque los socialistas les habían advertido de que no les apoyarían si atisbaban un objetivo diferente a la demanda de elecciones anticipadas. En ese contexto, el papel del PP quedó un tanto desdibujado y fueron los socialistas los que protagonizaron la presentación de un programa de gobierno alternativo y las principales críticas a Ibarretxe. Eguiguren llegó a sugerir al presidente que su partido le había puesto al frente del Gobierno para que "le partan la cara", mientras en el PNV "nadie paga sus errores". Quizás por eso el lehendakari les espetó que el objetivo de ambas mociones era "poner de rodillas al nacionalismo". A lo que el líder del PSE, Nicolás Redondo, replicó: "Este debate no es con el nacionalismo, es con el Gobierno vasco".

Ibarretxe volvió a demostrar que es capaz de resisitir, y atacar, pese a estar lastrado por los diez meses que ha tardado en escapar a las ataduras del Pacto de Lizarra y de EH y encontrarse ya sin margen de maniobra con los socialistas. Por eso ayer se vio abocado al ataque, y hasta utilizó los argumentos que Alfonso Guerra esgrimió para descalificar al entonces lider del PP, Antonio Hernández Mancha, en la moción de censura que lanzaron contra Felipe González en 1987. "Usted", dijo refiriéndose a Iturgaiz, "es el Hernández Mancha del PP vasco".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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