Entre irritante y conmovedor
Empieza a resultar entre irritante y conmovedor. Para nuestros actuales gobernantes, la consigna -que se cumple con admirable disciplina- de salir de cualquier situación de crítica a su política con el recurso de echar las culpas a los gobiernos de la etapa socialista anterior, está resultando la panacea universal.Ahora le ha tocado el turno al deporte. Ante el fracaso manifiesto de la gran mayoría de la (numerosísima) expedición de deportistas españoles a los Juegos Olímpicos de Sydney, nuestra ministra del ramo, interpelada acerca del asunto, lo explicó criticando la política deportiva que se hizo desde 1986, que en su opinión "no tenía otro objetivo que Barcelona 92", aunque sus indiscutibles efectos positivos se apreciaran incluso en Atlanta 96, donde, al decir de la ministra, se devoraron los restos de tal política.
Uno se pregunta qué han hecho los gobiernos del PP al respecto, teniendo en cuenta que tomaron el relevo antes incluso de Atlanta: ¿mirar a ver cómo salen las cosas, es decir, si salen bien, ponerse en la foto, y si salen mal, tirar de consigna?- . .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.