Francisco González reconoce que la tecnología crea desigualdad social

La asamblea del Instituto de Empresa Familiar recogió ayer el testigo en el debate sobre los efectos de la mundialización mantenidos días atrás por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Praga. El copresidente del BBVA Francisco González señaló en la apertura de la asamblea que "el gran reto de los países desarrollados es corregir las desigualdades que provoca el cambio tecnológico".

La resaca de la marea antiglobalización que la semana pasada recorrió Praga durante las asambleas del FMI y del Banco Mundial llegó ayer hasta la asamblea del Instituto de Empresa Familiar. Francisco González, que reconoció que la tendencia natural de las nuevas tecnologías es a "aumentar la diferencia entre los países más ricos y los más pobres", señaló que es esencial que los países desarrollados abran sus mercados a los productos de los que están en vías de desarrollo y potencien la inversión en la zona. Compartió ese criterio Ana Patricia Botín, presidente ejecutiva de Coverlink, quien dijo sentirse "intranquila ante la fortaleza del asedio a la globalización" y reconoció que es imprescindible que se mejore la "redistribución". Sin embargo, expresó que las vías de solidaridad no corresponden a las empresas, que están "cumpliendo sus deberes", sino a los políticos. Sobre las ventajas de la globalización insistieron Guillermo de la Dehesa, consejero del Banco Pastor, y Emilio Ontiveros, consejero delegado de Analistas Financieros.

El copresidente del BBVA se quejó de que la inflación se hubiera convertido en un "cáncer" para la economía y dijo que España debería hacer un esfuerzo en investigación y desarrollo (I+D) para situarse entre las naciones más prósperas. En esa línea, el instituto, que agrupa a más de 100 empresarios que facturan 5,7 billones, mostró su preocupación por la formación y la innovación. Fernando Casado, su director, señaló que es necesario potenciar la investigación, pero siempre unida a la innovación.