La oposición se ratifica en la idea de que Pujol sólo busca ganar tiempo

Todos los partidos de la oposición se ratificaron ayer, tras oír la intervención de Jordi Pujol, en la idea de que el presidente busca ganar tiempo, pero no quiere modificar su actual pacto no escrito con el PP, que le ha garantizado la estabilidad parlamentaria en lo que va de legislatura. Los líderes de los demás grupos parlamentarios, incluido el PP, calificaron el discurso con expresiones como "nada nuevo", "trámite", "continuista" y "final de etapa".

"Hoy ha sido el trámite; mañana Pasqual Maragall marcará la agenda del debate", sentenció el portavoz del Grupo Socialista-Ciutadans pel Canvi, Joaquim Nadal. Después de 20 años como presidente y tras 20 discursos como éste, dijo Nadal, "el único milagro que hay en Cataluña es el de la supervivencia política de Pujol".Los socialistas comentaban, tras el debate, que a sus 69 años Pujol había aguantado muy bien las casi dos horas de lectura del discurso. Pero todos observaron que en una de las pocas ocasiones en que el presidente improvisó lo hizo para echar las culpas a la sociedad catalana de que la Generalitat tenga una financiación insuficiente. Fue, en opinión de los socialistas, uno de esos momentos de descontrol en los que surge el inconsciente. Nadal hurgó en el desliz. Subrayó que después de haber protagonizado las sucesivas negociaciones sobre la financiación autonómica, lo que a Pujol le sale de dentro es: "Ciudadanos de Cataluña, la culpa es vuestra, yo no tengo nada que ver con esto".

Decepción en el PP

El portavoz socialista describió la situación del Gobierno de Pujol como una barca embarrancada. "No se hunde ni va a hundirse, pero está encallada en la arena", dijo.También el aliado de Pujol, Alberto Fernández, presidente del grupo parlamentario del PP, se consideró decepcionado porque, a su juicio, Pujol habló como si nada hubiera cambiado en 20 años, cuando en realidad en Cataluña hay una situación política "inédita": la dependencia de CiU respecto del PP.

Alberto Fernández afirmó que Pujol había mostrado "el agotamiento del discurso de siempre, el de la queja, el agravio y el traslado a los demás de las responsabilidades propias". El diputado conservador tomó nota de que Pujol se había apuntado como mérito propio las inversiones del Gobierno central en obras públicas en Cataluña, y salió al paso. "Lo único brillante en Pujol ha sido reproducir la conferencia de prensa del ministro de Fomento sobre inversiones en Cataluña", afirmó.

Como todos los demás portavoces, el de Esquerra Republicana (ERC), Josep Huguet, recriminó a Pujol que no hubiera dedicado ni una línea de su larga intervención a los problemas de transportistas, pescadores, agricultores y comerciantes. Huguet afeó también a Pujol que se hubiera mostrado abierto a un acuerdo con todas las fuerzas catalanas sobre financiación autonómica cuando el Gobierno de la Generalitat ya ha remitido su propuesta al presidido por José María Aznar. Además, el diputado independentista recordó a Pujol que no se puede buscar sólo un responsable exterior a la mala financiación "cuando durante tantos años se ha tenido en la mano la palanca" para apuntalar a los gobiernos de Madrid.

Pese a ello, Huguet anunció que ERC ratificará hoy a Pujol su oferta de colaboración, con el objetivo, dijo, de cambiar la política de centro derecha por otra de centro izquierda.

Rafael Ribó celebró que Pujol, tras haber sido durante años el único defensor de negociar conjuntamente la financiación autonómica con el Gobierno central, hubiera admitido por fin que el partidismo no le había dado resultado. El presidente de Iniciativa-Verds destacó que entre las lagunas del discurso estaba la nula referencia a los problemas del medio ambiente, el reequilibrio territorial y la política para el ahorro energético.

Ribó destacó también, que Pujol "ignoró" y "ninguneó" a quienes no cesan de ofrecerle acuerdos. Es decir, al PSC y a ERC. Es hora ya, dijo Ribó, de que la oposición "haga evidente" la existencia de alternativas de gobierno.