Nadie puja por los bienes de Zeleste subastados por la Seguridad Social

El primer acto del desmantelamiento de Zeleste se llevó a cabo ayer con la celebración de la subasta de sus bienes decretada para enjugar parte de la deuda que su empresa gestora, Almogàvers, SA, tiene con la Seguridad Social. El lote, cuyo precio de salida era de 6.683.000 pesetas, no encontró comprador entre los presentes en la sala de actos de la sede de la Tesorería General en Barcelona, con lo que saldrá a la venta por gestión directa en un plazo máximo de dos semanas.

Zeleste, la emblemática sala de conciertos barcelonesa cerrará sus puertas definitivamente el próximo 9 de octubre, fecha en la que se hará efectivo el desahucio instado por los propietarios del local por el impago de alquileres. El lote -que contenía, entre otros objetos, un teclado, amplificadores, mesas de sonido y focos- no encontró comprador en la primera licitación. Pero nadie pujó tampoco en la segunda, en la que el precio había bajado a 5.012.250 pesetas, ni en la tercera, cuando el coste había descendido ya a la mitad del precio de salida, 3.341.500 pesetas. Durante la subasta, que se prolongó durante una hora y media, sí se adjudicaron, en cambio, otros lotes de menos valor formados por bienes embargados a otros particulares y empresas, como dos coches Opel Astra y el mobiliario y menaje de un bar-restaurante.

La empresa Almogàvers tiene contraída una deuda con la Seguridad Social por impago de la cuota patronal, deuda bruta que asciende a 130 millones de pesetas, además de otros 40 millones de pesetas en concepto de intereses de demora y costas de procedimiento ejecutivo. A estas cifras, se suman las cantidades que los responsables de la empresa deben a los propietarios del local de Poblenou, que ascienden a unos 10 millones de pesetas. Asimismo, Almogàvers debe unos 54 millones de pesetas a sus acreedores.

Antes de echar el cerrojo el día 9, Zeleste, cuya historia alcanza 27 años, se despedirá mañana con un doble concierto de entrada gratuita protagonizado por Carlos Segarra y Daniel El Higiénico, que actuarán de forma desinteresada.