Una exposición reúne la obra reciente del surrealista chileno Roberto Matta
Pinturas, esculturas en bronce, cerámicas, grabados y dibujos, las diversas técnicas utilizadas por Roberto Matta (Santiago de Chile, 1911), están representadas en la exposición El año de los tres 000, que ayer se inauguró en la sala Juan Manuel Lumbreras (Henao, 3), de Bilbao. La muestra reúne la obra más reciente, fundamentalmente de finales de los 90, que sigue creando casi nonagenario uno de los últimos representantes vivos de movimiento surrealista.
Juan Manuel Lumbreras inició ayer la programación de la temporada con Roberto Matta, cuya obra permanecerá en la galería hasta el 28 de octubre. Matta nació en Santiago de Chile, en el seno de una familia de origen vasco, pero su carrera siempre se ha desarrollado fuera de su país. Con sólo 23 años, rompió con su familia y se trasladó a vivir a Europa, donde prosiguió su formación de arquitecto en el estudio de Le Corbusier. En su recorrido por Italia, Francia y España conoció a los grandes artistas e intelectuales de los años 30: desde Le Corbusier, a Rafael Alberti, Federico García Lorca, Alvar Aalto, Henry Moore, Salvador Dalí o André Breton.
Posteriormente, vivió una fructífera etapa creativa en Nueva York, y en los últimos años reside entre París y la localidad italiana de Tarquinia, donde reconvirtió un viejo convento en su casa y estudio.
En las obras de Matta reunidas en Bilbao se reconocen sus característcias formas humanas en los lienzos de mayor formato y las esculturas cercanas al arte primitivo. Matta sigue en pleno proceso creativo, cultivando la pintura y también el resto de las técnicas que pueden verse en la exposición de Bilbao.
En palabras de Juan Manuel Bonet, director del Museo Reina Sofía, es "admirable la pintura que hoy mismo hace". Son "cuadros dibujísticos", explica Bonet en el catálogo editado con motivo de la exposición, "que de algún modo remiten a sus inicios de arquitecto visionariamente corbusiano".
La Pedrera, en Barcelona, y el Museo Reina Sofía, en Madrid, mostraron en 1999 la última exposición retrospectiva del artista chileno. Se reunió entonces una colección de 70 obras sobre papel y unos 40 dibujos, creados a lo largo de 60 años.
Las obras de Matta siguen revalorizándose, en una corriente al alza que afecta a más autores de origen latinoamericano. El pasado año su cotización batió su récord al venderse en una subasta en Nueva York la pintura Los desastres del misticismo por unos 390 millones de pesetas. El precio máximo de las obras expuestas en Bilbao alcanza los 30 millones de pesetas.
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