La fiscalía rusa acusa ahora de fraude a los dirigentes de Media-Most

La Fiscalía General de Rusia ha abierto un nuevo caso contra los dirigentes del imperio mediático del magnate Vladímir Gusinski, acusándolos esta vez de fraude. A los jefes de Media-Most -al que pertenece la principal cadena privada de televisión, NTV, y la mejor radio informativa rusa, Eco de Moscú, además de otros periódicos, televisiones y revistas- se les incrimina el haber sacado a paraísos fiscales parte de sus activos. La Fiscalía General ha citado a Gusinski a declarar hoy "como testigo".Ante esta citación, su abogado, Guenri Reznik, le ha recomendado no comparecer debido a la "práctica canallesca" de ésta: cuando el pasado mes de junio el magnate acudió a la cita del fiscal, salió del edificio directamente a la cárcel de Butirka, convertido de testigo en acusado. Precisamente para evitar ser reencarcelado y poder abandonar el país, Gusinski firmó el 20 de julio un acuerdo con Gazprom, la empresa estatal monopolista del gas ruso, por el cual le cedía Media-Most a cambio de 300 millones de dólares (cerca de 66.000 millones de pesetas).

Pero dos días antes, Gusinski, en presencia de abogados extranjeros, grabó una declaración en la que advertía que todo documento que firmara próximamente con Gazprom no tenía valor jurídico ya que lo hacía bajo presión y ante la amenaza de volver a ser encerrado en Butirka. Este documento fue avalado por la firma del ministro de Prensa, Mijaíl Lesin, quien recibió ayer una reprimenda de parte del jefe del Gobierno, Mijaíl Kasiánov. El Kremlin pretende hacer creer que el conflicto entre ambas empresas es puramente económico. Pero Media-Most y una serie de defensores de la libertad de prensa consideran que el conflicto se debe a que el Estado quiere hacerse con el control de NTV, la única televisión crítica al Kremlin. La reprimenda de Kasiánov es interpretada como un apoyo a Lesin: no hubo amonestación oficial, lo cual significa que el ministro continuará en su cargo.