El IVAM muestra la mirada comprometida de Alex Harris en sus fotografías de Nuevo México
Islas en el tiempo es el título elegido por el fotógrafo estadounidense Alex Harris para la muestra que expone el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) hasta el tres de diciembre, la primera que exhibe el artista en España. La mirada comprometida de Harris recorre con su cámara poblaciones aisladas de Nuevo México (EE UU), en los que se detiene para retratar sus gentes o su entorno, donde desaparece la persona física. Las 87 fotografías alternan el blanco y negro, que el fotógrafo reserva para los retratos, y el color, destinado a las imágenes donde el protagonista está ausente.
Harris muestra a través de la obra expuesta en el IVAM la forma de vida de las comunidades hispanas que habitan en aldeas aisladas del norte de Nuevo México. El espíritu de partida, marcado por el documentalismo y aderezado por el costumbrismo, sobrepasa estos límites y la mirada sincera que recogen sus fotografías se adentra de lleno en la expresión artística, que convierten estos documentos en "auténticas obras de arte" a juicio del director del IVAM, Kosme de Barañano. Harris comenzó este recorrido a través del sudoeste estadounidense hace 20 años, centrado en una serie de fotografías en blanco y negro en la que reserva a la figura humana el lugar principal. De entonces es el ensayo fotográfico sobre el octogenario Jacobo Romero, (1978-1979), en el que posa o es retratado en diversas actividades cotidianas, entre ellas, junto a su nieto, durmiendo, alimentando a las reses o trabajando en su granero de heno. De la década de los años setenta es también es la serie de Ancianos de Nuevo México o las Historias Múltiples de Juventud, que vuelven a introducirnos en la vida cotidiana de estos pueblos de la Cordillera de Sangre de Cristo.
La mirada de Harris no se limita a los retratos físicos. El artista estadounidense extiende el concepto de retrato a imágenes donde la persona no aparece y en su lugar, es su entorno el que pasa a primer plano. El artista fotografía habitaciones repletas de elementos decorativos, en muchos casos, de iconografía marcadamente kitch, que definen en gran parte a sus propietarios, pero a la vez dejan al observador de las fotografías un amplio margen de participación. El blanco y negro deja paso en este caso a un vivo color.
Los dormitorios, los comedores, su decoración y los objetos domésticos y personales que se encuentran en ellos son algunas de las formas que elige Harris para hablar de sus propietarios, pero no la única. También elige el punto de vista que ofrecen los coches desde el asiento trasero, donde el parabrisas hace de marco del paisaje exterior y el salpicadero sirve para identificar al dueño. La muestra recoge un ejemplo de este última fórmula realizada en la Habana
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