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DEBATE DE POLÍTICA GENERAL

Puig emplaza a Zaplana a cambiar su agenda política, por "antigua"

El discurso del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, está "agotado", su agenda política es "antigua" y su estilo de hacer política está "viejo". En su estreno como portavoz del Grupo Socialista-Progresistas, Joaquim Puig resumió así la acción de gobierno del Consell desde que el PP obtuvo la mayoría absoluta. Puig, que en la "nueva etapa" del PSPV prometió una oposición "leal, serena y reflexiva", no sin denunciar la falta de "impulso democrático" del Consell popular, ofreció acuerdos en torno a la reforma del Estatuto y la Acadèmia de la Llengua y reclamó planes para extender el uso del valenciano.

A pesar del escaso tiempo del que dispuso para preparar su intervención -ya que fue elegido nuevo portavoz del Grupo Socialista-Progresistas el pasado martes, después de ser designado por la nueva ejecutiva del PSPV salida del congreso celebrado en Alicante el fin de semana-, Joaquim Puig subió a la tribuna de oradores con un completo discurso para, durante cerca de 90 minutos, dar un cumplido repaso a la política valenciana y deslizar algunas propuestas de calado. Con el tono pausado que le caracteriza, el alcalde de Morella, que habló en todo momento en valenciano, señaló que los socialistas quieren ser una oposición "socialmente útil, que no quiere vivir arrinconada en la negatividad y que quiere hacer de la alternativa su atributo de identidad". El portavoz socialista aseguró que "las puertas del diálogo con el Gobierno estarán siempre abiertas" en su partido, porque, según dijo, "el PSPV es hoy un partido recuperado y que se siente capaz, con ganas, con vocación de impulsar las instituciones y la sociedad valenciana".Puig señaló que toda la intervención de Zaplana había girado en torno a un mensaje central, el de que hay "una nueva realidad política, la mayoría absoluta del PP", pero añadió que percibe "año tras año los mismos temas, las mismas declaraciones de intenciones, las mismas promesas incumplidas y algunos tics autoritarios". Y agregó: "Es cierto, hay una nueva realidad política, pero el PP no parece haberla asumido; el Consell sigue dudando, inactivo, dándole vueltas a los mismos temas, sin capacidad de reacción y demasiado obsesionado con la oposición. El discurso de Zaplana es un discurso agotado, una agenda política antigua y de un viejo estilo de hacer política".

El portavoz socialista reafirmó la voluntad de su grupo de reformar el Estatuto para alcanzar el máximo techo competencial y de autogobierno, que reconozca el hecho histórico valenciano y la capacidad de disolución de las Cortes por parte del presidente. Al hablar de la falta de "impulso democrático" del Consell, Puig se detuvo en la televisión autonómica, que Zaplana ni siquiera había mencionado, y la calificó como "el paradigma del déficit democrático" del Consell del PP. También se refirió en este apartado a la "persistente actitud de confrontación con la autonomía universitaria".

Uno de los asuntos en los que más insistió Puig fue el de la Acadèmia Valenciana de la Llengua y el apoyo al valenciano. Pidió que se cumpla "al pie de la letra" la ley de la Acadèmia, cuyos miembros "no pueden ser analfabetos", ya que tienen que ser "ejemplo y guía de los valencianohablantes". Y preguntó al presidente: "¿Cómo quiere que hagamos académicos a personas que no saben hablar ni escribir su -nuestra- lengua?", para lanzar a continuación una advertencia: "La Acadèmia no puede ser un órgano inútil en el que se jubilen cuatro compromisos". Exigió una política lingüística que "lidere la recuperación social del valenciano" en todos los ámbitos, desde las escuelas hasta la televisión, pasando por la Administración y las propias Cortes, y, en una crítica a Zaplana, que pronunció su discurso íntegramente en castellano, pidió que los políticos den ejemplo: "Lo mejor que se puede hacer por esta lengua es hablarla más en las Cortes".

La educación -"una simple oportunidad de negocio para el PP"- la sanidad, que "está dejando de ser un derecho para convertirse en un negocio" y el medio ambiente, "simplemente una molestia", fueron otros asuntos sobre los que incidió el portavoz socialista. Puig también criticó la elevada deuda de la Generalitat y la "arbitrariedad", el uso de la "represalia" y la "vocación de control" del empresariado por parte del Consell.

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