El incendio que afectó a la Abadía del Sacromonte fue causado por un descuido o negligencia sin determinar
Los bomberos de Granada consideran que el fuego que destruyó el pasado jueves parte de la Abadía del Sacromonte no fue intencionado aunque pudo ser causado por un descuido o negligencia que no será posible determinar. El edificio, cuyos pisos inferiores albergan una importantísima biblioteca compuesta por unos 30.000 volúmenes, carecía de medidas para hacer frente a un incendio, aunque ya en 1972 el Cabildo del Sacromonte advirtió de las graves consecuencias del fuego y recomendó el inmediato traslado de los fondos a la Universidad de Granada, a lo que se opuso el Arzobispado.La investigación de los bomberos ha descartado la intencionalidad ya que el hipotético autor habría sido visto forzosamente por los alumnos de la escuela taller que trabajaban desde varios atrás en la rehabilitación de este monumento originario del siglo XVII al que doscientos años después le fue incorporada una planta suplementaria, precisamente la que la semana pasada fue devastada por las llamas.
Antonio Rodríguez Franco, responsable del servicio municipal contra incendios, señaló que quizá el fuego se originó en la chimenea y de allí ascendió a las cubiertas metálicas del tejado que carecían de estructuras de protección y que, pocos minutos después de iniciado el incendio, se precipitaron al patio interior.
Las bocas de riego situadas en la Abadía del Sacromonte carecían de la presión necesaria, por lo que los bomberos tuvieron que bombear el agua de unos depósitos situados por encima del edificio y que el servicio ya había documentado hace años.
El peligro de incendio ha sido una amenaza constante para el valioso archivo sacromontano. Su Cabildo, en 1972, propuso al Arzobispado que cediera de inmediato la biblioteca en depósito a la Universidad de Granada, pero la Iglesia rechazó esta posibilidad al considerar que se trata de una "universidad civil", según recordó ayer Miguel Hagerty, que trabajo en la biblioteca en aquel periodo.
La biblioteca constituye un tesoro aún por desvelar ya que es la mayor colección privada de España todavía sin catalogar.
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