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TEATRO - PAYASOS MELANCÓLICOS CUENTAN SUS CUITAS EN LA ABADÍA

Cuatro mujeres hablan de todas las demás y de la sociedad de consumo en el Bellas Artes

La temporada teatral madrileña se va animando con los sucesivos estrenos de Top Dogs, en el Albéniz; Fools folls, en La Abadía, y La costilla de Adán, en el teatro Bellas Artes, entre otros. Si los altos ejecutivos en paro hablan en la primera, en la segunda aparecen en escena los recuerdos de tres ancianos payasos, mientras que en La costilla de Adán, basada en el conjunto de relatos escritos con nombre semejante por Carmen Rico-Godoy, da paso a la voz de las mujeres en un montaje que no deja títere con cabeza en la condición femenina inmersa en la sociedad de consumo.

Parados de élite

Las cuatro actrices de la compañía zaragozana Noba Producciones (Marisa Nolla, Cristina de Inza, Rosa Lasierra y Nuria Herreros) se pasan la palabra unas a otras a lo largo de la hora y cuarto que dura la obra La costilla de Adán. El pasado miércoles, durante su presentación, hicieron lo mismo para explicar cómo buscan hacer reír al público desde el escenario del Bellas Artes con esta serie de historias que Carmen Rico-Godoy escribió en su libro La costilla asada de Adán y que esta compañía adaptó para el teatro bajo la dirección de Ernesto Caballero. "Contamos lo duro que es ser mujer en la sociedad actual, pero con humor e ironía, porque con lo crueles que son algunas situaciones cotidianas, pordríamos caer en un abismo", dijo una de ellas. "Estamos todo el rato frente al público, en un escaparate, incluso cuando nos cambiamos para representar a los diferentes tipos de mujeres, desde la niña o la adolescente, hasta la novia, la transexual, la homosexual o la heterosexual que vive (es una utopía) en un mundo de homosexuales", continuó otra de sus compañeras. "No es una obra para las mujeres, sino para todos; de hecho, a veces hacemos de hombres", aseveró una tercera. "No se trata de machacar a los hombres, sino de plantear los conflictos que genera una sociedad de consumo en la que somos según lo que compramos y en la que las mujeres, además de trabajar en todos los órdenes, tenemos que mantener buena apariencia", describió una cuarta. Así, siguiendo una especie de monólogo a cuatro voces, van discurriendo desde ayer las distintas historias en el escenario del Bellas Artes.

Por otro lado, el teatro de La Abadía da techo a tres payasos que rinden tributo a "esos individuos y familias del circo que han sabido transformar sus miserias y alegrías en la máquina más universal de hacer reír y llorar". El montaje se llama Fools folls y ha visto la luz gracias a Monti & Cía, con Marc Montserrat a las riendas. Relata los recuerdos de tres ancianos payasos que rememoran el brillante ayer circense de una familia de siete hermanos. Los intérpretes son Joan Montanyès, Domènec de Guzman y Oriol Boixader.

Finalmente, el paro hace tragarse la arrogancia y la suficiencia de años a ocho altos ejecutivos o Top dogs, título de la obra que Mario Gas ha subido a las tablas del teatro Albéniz. El espectáculo satiriza el neoliberalismo y da la razón a "aquellos que piensan que es una burla la afirmación de que todos los que quieren trabajar pueden encontrar trabajo". A tal fin, sobre el texto original del suizo Urs Widmer, Gas planta a ocho tiburones de las finanzas, "temidos y admirados a la vez", en una consultora especializada en resucitar parados de élite. "Primero hay que mitigar el trauma que causa un despido fulminante, intentar borrar o reconocer y aceptar la frustración personal de estos aristócratas de las finanzas para que puedan afrontar mejor una futura integración profesional", dice el autor. Pero los protagonistas, o sea, los que fueron "perros de presa", no terminan de asumir su nueva situación. El señor Guillén (encarnado por Fernando Guillén, pues todos los actores mantienen su apellido) no termina de creerse el batacazo. El señor Molina no para de llorar, le duele todo, como corresponde a quien ha perdido, junto al empleo, "la casa, la segunda residencia, el coche, la mujer, los hijos". El señor Rodríguez acababa de estrenar un automóvil Porsche 991 cuando recibió la funesta noticia, y el señor Gutiérrez lleva dos semanas fingiendo en casa que sigue acudiendo al despacho cada día. "Diagnóstico: la globalización se come a sus hijos", según los artífices del montaje

La costilla de Adán, en el teatro Bellas Artes, Marqués de Casa Riera, 2, metro Banco o Sevilla. Hasta el 28 de octubre. Fools folls, hasta el 8 de octubre en La Abadía (calle de Fernández de los Ríos, 42, metro Quevedo). Top dogs, hasta el 15 de octubre en el Teatro Albéniz (Paz, 11, metro Sol). Horarios en cartelera.

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