Un problema de salud pública

El estudio presentado ayer en la Universidad de Deusto concluye que la atención a las víctimas es un paso fundamental para la reconstrucción social y la pacificación. La dignificación de las víctimas, su acompañamiento y las indemnizaciones son algunas de las acciones que propugna el informe Violencia, apoyo a las víctimas y reconstrucción social, publicado por Editorial Fundamentos y que prologa el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Pero el informe no se queda ahí. Probablemente por la condición de médico de uno de sus autores, Carlos Martín Beristain, y por su trabajo de investigación sobre la salud mental en situaciones de violencia, el estudio reclama atención sanitaria especial para las víctimas.

"Hay que considerar la violencia también como un problema de salud pública", señaló Martín Beristain, quien citó para reforzar esta tesis los resultados de un estudio realizado por la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Esta encuesta reflejó que el 58% de las víctimas de la violencia se sentía abandonadas y sólo un 30% consideraba que había tenido apoyo de la Admnistración.

"Aunque haya amnistía, no puede haber inmunidad ni irresponsabilidad", subrayó Páez, quien defendió que para conseguir la paz y la reconstrucción social tiene que darse un cambio socio-cultural "que permita que uno hable de España y no de Estado y no pase nada, y que otro se reconozca independista sin que le estigmaticen como terrorista". Pero antes ETA tiene que dejar las armas, señalaron los expertos, quienes subrayaron que los procesos de paz en los cinco países analizados no comenzaron hasta que llegó el final de la violencia.