La oposición italiana frena el proyecto de descentralización
Intervención de Ciampi
El federalismo a la italiana intenta abrirse paso en el Parlamento en la recta final de una legislatura dominada por la inminente campaña electoral. Las votaciones para aprobar una tímida ley descentralizadora, redactada por el ex primer ministro Massimo d'Alema en marzo de 1999, tropezaron ayer con un obstáculo: el muro de la oposición de centro-derecha que no respalda una reforma que, por el contrario, la Casa de la Libertad -coalición del Polo de Berlusconi y de la antigua Liga de partidos secesionistas- juzga insuficiente, en vísperas de lo que considera un inminente triunfo electoral. La reforma autonómica es la asignatura pendiente de Italia y se ha convertido en el gran caballo de batalla de una campaña política particularmente agria. El pistoletazo de salida lo dio la Junta regional de Lombardía al aprobar el viernes pasado la celebración de un referéndum para interrogar a los ciudadanos sobre si quieren que la región asuma competencias en educación, sanidad y policía local. El referéndum tendría carácter exclusivamente consultivo, pero un elevado porcentaje de síes podría tener consecuencias políticas inevitables.
La iniciativa ha caído como una bomba y ha sido calificada de anticonstitucional por el primer ministro Giuliano Amato (uno de los autores de la ley de reforma de 1999) y por numerosos juristas, la mayoría en el ámbito del centro-izquierda. Cogido entre la espada y la pared, el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, declaró el fin de semana que la cuestión del federalismo debía abordarse en el Parlamento, y en el máximo respeto a la unidad de Italia.En realidad, el término federalismo resulta excesivo para aplicarlo a la reforma que el Gobierno italiano quiere aprobar y que, en síntesis, autoriza a las regiones a legislar en todas las materias que no tengan nada que ver con la política exterior, inmigración, defensa y Fuerzas Armadas, moneda y orden público, tutela del medio ambiente, órganos estatales y leyes electorales. En materia fiscal, la ley autoriza a recaudar impuestos "en el ámbito de las leyes del Estado", lo cual resulta muy vago. Pese a ello, hasta ayer se han dado pocos pasos para aprobarla.
Para el Gobierno de centro-izquierda, inseguro electoralmente en las regiones del norte (la mayoría, gobernadas por la oposición), el federalismo se ha convertido en una peligrosa bomba. La sesión parlamentaria de ayer demostró las dificultades que habrá para aprobar la reforma. La estrategia obstruccionista del centro-derecha se dejó ver en algunas de las enmiendas presentadas por la Liga Norte. Una proponía que Italia fuera definida como una República federal y reclamaba referendos en todas las regiones para consultar a los ciudadanos sobre el particular.
El presidente de la Cámara cortó en seco la propuesta. El ordenamiento jurídico italiano, dijo, limita la revisión de la Constitución, que no puede pasar a sancionar de la noche a la mañana el nacimiento de una República federal.
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